viernes, 6 de mayo de 2011

Como en las películas de caníbales

Peliculas de Canibales

Tonatiuh Meaney


Siempre me ha dado horror el canibalismo, pero ojo, sólo por ser un caso particular del carnivorismo. Nunca he entendido eso de comer carne, se ve tan horrible, huele tan mal y a tanta muerte, con un obvio aroma de descomposición inicial y sangre, que nunca he sido santo de su devoción, me encantan las calabazas con queso y las zanahorias con huevo. La leche y el huevo son de origen animal, dirá algún listillo. Sí guey, pero son robadas no matadas. Se ven tan alegres y pierden su vida hasta el último instante intestinal. Pero de vez en cuando como carne satisfaciendo así me feroz instinto bestial. Siempre desde niño, cada bocado mordido a un pedazo de carne lo he acompañado con una buena dosis de culpa, pensando que estoy llenando mi boca con el cuerpo de un ser que fue vivo y al que en vez de tenerlo como acompañante inactivo en ese ceremonial salvaje podría estar acariciando, y el único consuelo que encuentro, es que si estuviera vivo, ese ser, estaría sufriendo mucho con cada masticada, porque aún me quedan algunos dientes. Lo mejor para él es estar muerto, al menos mientras está en mi boca. Una especie de vegetarianismo mal logrado, se que la mejor comida es la carne, para quien la come, no para la presa. Pero como los asesinos seriales, por mas que me contenga, por más que me moleste, tengo que salir, ahí de vez en cuando en busca de un buen trozo de carne.

Cuando en Fires On The Plain (Ichikawa, 1959) un soldado pregunta a otro si ha comido carne humana, no importa que se hable de una situación extrema bélica ni que la principal preocupación en el aire sea la supervivencia. Simplemente la carne humana no se come, es un tabú y no importan las circunstancias. Ahí es donde comienzan los “asegunes”, porque Edipo sostuvo una bonita relación sexual con su madre, e incluso la disfrutó, y todo fue bello hasta que supo que su pareja era su madre, y el chistecito se salió en un ojo de la cara, por eso quizá corrió desde entonces el rumor de que no importan las circunstancias, la mujer no debe ser más de 10 años mayor que el hombre, de lo contrario no hay garantía que por alguna circunstancia, -y con eso de que sangre llama a sangre-, alguien se tope con su madre en la cama. Quizá el vegetarianismo es entonces una especie de tabú al estilo edípico, no comas carne, no vaya a ser de humano. La misma historia, la de un incestuoso involuntario como Edipo o un caníbal involuntario, cambia totalmente de signo cuando se conoce el origen del bocado.

Hanibal recter y el miedo al hambre

Lo común es que ante esa fiesta brava que se da día a día en cada mesa, al comensal le pase totalmente inadvertido que está comiendo carne. Bebe sangre y no se da cuenta. Un drácula despistado que no sabe porque se siente tan bien si nunca ha matado. Si se le dice es de vaca, dirá mmm sabe buena la vaca, si se le dice, es de cerdo y no es judío dirá, mmm sabe bueno el cerdo, si es de cerdo y es judío no lo dirá pero si lo pensará, si se le dice es de borrego, mmm sabe bueno el borrego, pero si de pronto escucha el placentero comensal, “es de humano”, primero dirá que es broma porque nadie es tan salvaje como para comer carne humana, si hay salvajes que matan, pero comer carne humana ... eso si es grave. Si mediante trucos se le logra convencer de que es antropófago, irá a vomitar y estará reflexionando si le gustó o no. Como cuando en un contexto no culinario pero si culinario, los "machos probados" del norte de México practican relaciones homosexuales para estar seguros de que las sufrieron y no les causó satisfacción, entonces su ano estará ardiente pero su alma estará tranquila. Una especie de verificación vehicular, dolorosa pero necesaria. Como en la desafortunada película Ravenous (Bird, 1999), al protagonista caníbal le gusta la carne humana, pero no le gusta que le guste, y sus compañeros caníbales están como con los alcoholicos, ándale, una mordidita, ya lo han tachado de actos militaries de cobardía y ahora también es cobarde por no entrarle a su platillo favorito. Un canibal de closet. !Cuanto pudor¡ Pero si vemos las hordas de asesinatos raciales y esclavismo que había por la época que muestra la cinta (1840), nos parecerá lo del pudor anticanibal una idea un poco quisquilloza, quizá un caso similar al del violador que se entera que violó a su madre y la violación la aguanta y hasta la disfruta pero el incesto no. Es que en todo hay niveles. Casi todo juez del canibalismo acepta como un acto quizá cruel pero humano el homicidio, pero no el comerse a uno de la misma especie. Casi siempre hay un asesinato previo a un acto caníbal, como excepción tenemos a Los Supervivientes de los Andes (Cardona, 1976) pero aún en ellos la cuestión moral y tabú siempre existió: “hemos acordado no tocar familiares ni mujeres”. Osea, nos comemos tranquilamente a la mama de fulano que ya se murió, pero no a la tuya, aunque nos muramos de hambre.

Dicen que la culpa la tiene la naturaleza que es tan... como decirlo... tan darwiniana. Porque las especies se protegen entre ellas en su lucha contra la naturaleza. Ya sólo falta explicar las guerras, la pobreza, la violencia, malestares que se dan entre verdugos y víctimas de la misma especie. Al menos nunca he visto a un pollo en la cárcel acusado de homicidio.

Pero hay algo curioso en todo esto ¿Qué no comer carne humana le quitaría gravedad al asesinato? Me refiero a lo siguiente, si voy por el campo, saco un cuchillo, mato a una vaca, le sonrío al cadáver, lo admiro, doy una fumada a mi cigarro, abandono la escena chiflando, seré juzgado como sádico, ya que maté a la bestia innecesariamente, pero si pasa exactamente lo mismo, pero me llevo aunque sea un trozo de su carne, aún dejando el resto a la putrefacción, cualquiera dirá que la mate para comer y no hay ningún acto inhumano en mi actuar. Bueno, ahora pensemos que no es una vaca si no una persona. Entonces ocurrirá lo contrario, si dejo el cadáver dirán con razón que soy un asesino, si además me lo como, dirán que no solo soy un asesino, sino encima de todo un caníbal, por lo que si me agarran me darán unos 40 a 60 años de cárcel por el homicidio más unos 5 a 10 por el canibalismo, dependiendo de las leyes e hipocresía de cada país y de que tanta carne me haya comido, si sólo doy una mordida al cadáver, quizá el juez diga, bueno, no pudo resistir la tentación, pero si me como todo evitando que la carne se desperdicie, me dará años y años de cárcel adicional. Es decir, el acto alimentario funciona como atenuante en el homicidio a un animal y como agravante en el homicidio a un humano.

De Anibal Recter, el caníbal más celebre del mundo filmográfico, solo diremos algunas cosas porque ya se ha dicho todo de él, lo importante es que se le tiene miedo porque encima de ser asesino es caníbal, hasta tiene su bozal anticanibal para que sólo pueda hablar pero no morder, a mi en lo personal me da más miedo que encima de ser asesino sea sicoanalista. Eso si es una agravante. Si además de canibal fuera gastrónomo, se le pasaría, !pero como sicoanalista¡ Se supone que esta consciente de la clara relación que explica que que le encanta la carne humana porque está enamorado de su madre, y ni así lo puede evitar.

Sin embargo, para mi gusto, lo caníbal lo hace menos peligroso no más. Porque quiere decir que solo me mataría si tuviera hambre, y que sus impulsos asesinos están acotados por sus tripas, claro que la tecnología complica las cosas, porque si tiene refrigerador, que debe tener, considerando los altos sueldos de los sicoanalistas, podrá matarme y meterme en reserva para cuando le cruja el estómago, pero aún así, mi muerte no habrá sido en vano como si me mata un asesino múltiple solo para practicar su puntería, o un borracho sólo porque le gusta tomar, o un presidente que no sabe que hacer con el narcotráfico. Esas sí que son muertes inútiles. Además, si mi verdugo es canibal gano una oportunidad pues si tengo la habilidad suficiente para engañarlo con algunos pedazos de puerco y decirle que son humanos, y lo puedo involucrar con un buen condimento en un festín para que sea apreciable a su gusto, quizá salve el pellejo. Si logro con algunas etiquetas de valor nutrimental, decirle que yo no soy light porque tengo mucha grasa, pero que si quiere conservar la figura que jolivut le exige, mejor vaya a conseguirse una muchachona del fitnes center, que solo tiene 1% de grasas, quizá también salve el pellejo. Es igual que en el circo, ¿a quien debo tener más miedo, a un león que mata por estress o a uno que mata por hambre?. Al que sólo mata. Sin embargo esta sociedad lo cambia todo, el canibalismo no es una atenuante sino una agravante legal, eso lo dirá el mismo juez carnívoro y bien alimentado en restaurantes de sobornos, que daría algunos años de cárcel a alguien que mata a un animal por sadismo, es decir, sin acción alimentaria de por medio.

Con esa concepción un tanto fundamentalista es que se usa el canibalismo como insignia sólo para causar horror gratuito.

El caníbal práctico, el comer para vivir y el canibalismo como un acto estrictamente propio de la cadena productiva y/o alimentaria

Estamos frente a una paradoja cuando defendemos a los supervivientes de los Andes por ser su canibalismo extrictamente necesario y estar ya las personas comidas muertas. Esta misma paradoja puede ir también de la cadena alimenticia a la cadena productiva. En la Tiendita de los Horrores (Corman, 1960), Seymour, el protagonista no es caníbal pero asesina para alimentar a su planta antropófaga, entonces siguiendo la lógica que exime de culpa a los sobrevivientes de los andes no está haciendo ningún mal, pues está utilizando carne humana como alimento, no por diversión. Entonces es válido el acto. Y no sólo eso, muchos de los caníbales salvajes de las películas comen carne humana también por necesidad alimentaria. Es más, hay toda una serie de cintas que muestran el canibalismo como una actividad económica necesaria, por citar solo tres de ellas, las dos maravillosas versiones de Seewney Todd (Burton, 2007 y ¿?, 1982) o en la rara Eating Raoul (Bartel, 1982) hay un restaurante de por medio atendido por una pareja, que se mantiene de abasto de carne humana. En Sweeney Todd la cadena productiva es más inteligente porque la barbería soporta material para la empanadería, y en Eating Raoul la pareja asesina recurre al asesinato por medio de un negocio de citas sexuales, y sólo una vez que ya han agotado sin éxito, las instancias bancarias para obtener un préstamo empresarial. Tienen que matar para comer, no se comen ellos la carne, sólo incitan a caníbales involuntarios, pero venden las deliciosas empanadas y viandas con su exótico sabor, y sus comenzales las devoran con gusto, porque se supone que la carne humana tiene el mismo sabor que la de cerdo.

Solo siente horror el que sabe lo que está comiendo, ¿no es un hecho bañado en las salsas de la más pura hipocresía? Y conste que esto no se reduce al caso del canibalismo, cualquiera sentirá horror cuando sepa que está comiendo si de latas se trata. Estas comiendo algo idéntico a lo que comes diariamente, solo te causa horror cuando sabes que es comida con la que eres genéticamente compatible. Es cierto que a nadie nos gustaría ser comido, pero de eso a juzgar más grave el hecho exclusivamente alimentario que es el comer (en este caso carne humana) al asesinato, es francamente una idiotez. Lo grave es el asesinato, no comer la carne humana. Lo grave es matar no comer lo matado. Y debería, si usamos la lógica, aplicar tanto a la carne humana como a la carne animal en general. Matar para lo que sea. Por eso todo mundo cree que la -por fortuna decayente- conquista de los grandes imperios (español, francés, holandés, ingles, romano, gringo) sobre otros pueblos es algo muy civilizado, la civilización es dolorosa dijo algún estúpido, en cambio, el acto caníbal de una tribu a la que no se le ha dejado evolucionar, es un acto de horror. Sweeney Tod es un criminal por comercializar la carne de sus victimas, no tanto por matarlas. Y Francia, España, Inglaterra, etc. han llevado la luz al mundo canibal. Una luz cegadora por cierto, que frecuentemente lleva a la muerte.

Raveneus y la paradoja del toro

Como hemos dicho, la etiqueta nutricional de la carne humana sería casi igual que la de cerdo, aunque siguiendo la filosofía de algunas tribus indias como indica la insufrible Ravenous, la carne humana además provee de un alto contenido calórico de espíritu, el comensal recibiría la fuerza del ser comido.

Causa más horror una terrible película como Raveneusque. Salgo de ahí horrorizado por la pésima producción y realización, guión y no tanto porque unos locos se clavaron con un mito indio de que el caníbal absorbe las fuerzas de la víctima, pero sobre todo porque no puede sostener ni dos minutos su argumento. Si el canibal esta obseso con la carne humana porque le da los poderes de la víctima, ¿porque no come toro que es más fuerte que el humano y absorbería más poderes? Pues simplemente porque el canibalismo aparece ahí de a gratis. Si hubiera sido tratada bien la temática hubiera resultado una película de misterio, pero lo único que tenemos al fin, es una historia ridícula. El único chiste es exhibir unos trozos de carne que la producción pudo haber traído del Villa Capri, pues sólo tiene que decir al tarado espectador que es carne humana y entonces causara un incalculable horror. ¿Cómo? ¿Se comen a ellos mismos? Gritará la histérica de la butaca de al lado y quizá salga de la sala con los ojos tapados. Puro maltrato a la inteligencia, puro canibalismo cerebral. Lo más común es que una cinta de caníbales no sea muy exitosa por todos los argumentos que tiene que develar.

Raveneous, es una película del oeste sin oeste. Corre 1847, todavía existe la esclavitud, sin embargo les asusta el canibalismo. ¿No es más despiadado el esclavismo que dispone no del cadáver sino del cuerpo en vida de la persona? La hace sufrir no muerta sino viva. Se apodera de ella, toma literalmente sus poderes, pero viva, no muerta. Ante tal falta de miedo, los creadores de películas caníbales han pensado que pueden añadir mounstruos. Por eso el patético remake dosmilero Hills have Eyes (Aja, 2006) sobre la genial Hills have eyes setentera (Craven, 1977). El guión es el mismo, pero un detalle cambia por completo la historia, en la dosmilera hay mounstruos radioactivos. La primera no tiene que justificar los actos de la tribu caníbal. En ambas, la misma familia es aterrorizada por una sucesión de muertes. La setentera hace sentir miedo, la dosmilera sueño.

Sublimación caníbal: los siete días del asesino

Casi todas las películas de caníbales dan un sueño caníbal, uno comienza a decir pero que buena película caray, estoy aterrado, y resulta que la película hizo su trabajo somnífero y uno ha hecho el trabajo cinematográfico montando en sus sueños un nuevo video adapatado al audio de la película, me ha pasado en tantas cuyos nombres ni recuerdo. Un día tuve un sueño muy bueno que pensé que podría haber ganado un Oscar, fue en una película canibal. Luego del sueño uno comienza a sentir hambre. Se resistirá a no comerse a los otros espectadores. Y en la historia, antojando, gente comiendo carne como siempre, namás que nos dicen que es carne de gente. Uuuy que miedo. Es el miedo más primitivo, el caníbal es el coco que si no te portas bien te va a comer, solo que el coco no te dejaba dormir, y las películas de caníbales no te permiten estar en vigilia. Pero hay una película realmente buena. En la cinta de culto Los Siete Días del Asesino (Iglesias) se narra la historia de un hombre que trabaja en una carnicería y por un hecho circunstancial mata a un taxista que lo regañó porque en el auto iba besándose con su novia. Besándose es poco, digámos mejor que se la iba comiendo. El taxista lo amenaza y el carnicero se excede en su defensa matando al hombre. Su novia le dice que reporten el hecho con la policía y él se niega ante el miedo de que lo lleven a la cárcel. La novia le dice que entonces ella irá y la mata. Queda establecido su espíritu asesino y práctico. Para deshacerse de los cuerpos que almacena temporalmente en su casa, -en un barrio pobre vecino a lujosos edificios donde un homosexual lo espía desde su sala- los lleva a la carnicería y los lanza desmembrados a la trituradora. En varias ocasiones levanta suspicacias sobre el contenido de su maletín donde transporta los pedazos de carne. Aunque el asesino de Le BOucher no logra sublimar, y aún siendo carnicero es asesino, pero este si.Pero no es un caníbal, cuando va a su restaurante favorito le dicen que es carne de su carnicería y entonces sabe que es de humano y le da un gran asco, es una gran persona. Una cosas es ser asesino, pero caníbal es diferente. Estos hechos desencadenan otros asesinatos de familiares propios y de su novia. Y continua su proceso al igual que el de descomposición de los cuerpos y el mismo proceso feromónico de enamoramiento con el tipo que lo espía. Lo importante de esta cinta es que nos muestra que el canibalismo está ahí desde siempre, pero en ese personaje se ha sublimado con su trabajo en la carnicería. La sublimación parece una salida de emergencia frente al tabú. Como en la gente se sublima el canibalismo en la gastronomía común. O al Edipo con una esposa de la edad de su abuela. Porque, ¿qué no es un delito tan grave comer carne humana que bañar carne de puerco en el postre como hacen los chinos? Y la civilización ha sublimado pero al revés el acto caníbal destruyendo a las otras civilizaciones.

El coco y el último rey de escocia

Cuando a un político cuyos montos robados no superan los montos que logran alarmar a las sociedades, -ya sea por que no haya nada que robar o por otros motivos-, como en áfrica, las antillas o centroamérica, se le acusa de caníbal y con eso se le desacredita no sólo en el plano gastronómico, lo cual es instantáneo, sino en el plano moral. Eso se muestra en todas las películas que se han hecho de Idi Amin (por ejemplo The last King of Scotland, Macdonald, 2006) pero también en el otro gran cine que son las noticias. Cuando Estados Unidos invadió Panamá impune y canibalmente, argumentaba que “el hombre fuerte” Noriega comía niños y que tenía tamales en su refrigerador. Si seguimos la tradición, el contenido nutricional del niño no lleva un espiritu tan fuerte, así que si hubiera sido todo verdad, el hombre fuerte habría sido más bien débil. El truco también funciona cuando queremos derogar una cultura o decir que son salvajes. Como los adictos a la neoconquista que opinan que la salvaje España colonial salvó al mundo de la barbarie canibal con su Santisisisima Inquisición. También como en Holocausto caníbal (Deodato, 1980) cinta de acción como de crítica social y cinematográfica. Da susto que los caníbales horrorosos se coman a los guapos actores casi souvenires de la cultura occidental, pero no asusta como la cultura souvenir acaba con el amazonas ni como arrasó con la cultura azteca, maya, india. Como los aztecas eran caníbales, entonces sí se les podía canibalizar. Así, el horror frente al canibalismo en una sociedad totalmente carnívora y depredadora suena a chiste más que a terror, por eso las películas caníbales no dan miedo.

Ni siquiera Anibal Recter da miedo. Quizá porqué a la amenaza de te voy a comer, corresponde la pregunta, ¿dirás me seguirás comiendo? Porque no has dejado de hacerlo. Lo curioso es que el cine piense que eso sigue dando miedo y que es taquillero. Es común que el canibalismo en las cintas de jolivud sea usado sólo para despistar o distraer, como en Con Air, donde un avión es secuestrado por los criminales a los que transporta, uno de ellos es caníbal, y el director gusta de hacerlo coquetear en la escena como un peligro frente a un niño aunque nunca haga nada ni su personaje sea en absoluto relevante en la historia. Uno piensa que el canibal (el genial Steve Buscemi) va a hacer algo, pero no hace nada, y así como es él seguro que ni siquiera cobró en la cinta. Así, el caníbal es y sigue siendo el Coco. El que asusta a los tontos. Como asusta también a los niños tontos, se cree que asusta a los niños, pero no a todos. Por el contrario, hay cintas donde el canibalismo real, es parte de la historia pero no de la imagen, causando un efecto narrativo, como en Suddenly Last Summer (Mankiewicz, 1959) donde el canibalismo es escencial en la historia pero no en la imagen.

La parábola de la tortuga y el holocausto canibal

En una de las pocas cintas de temática caníbal que tienen contenido -además de supuestas horripilantes escenas caníbales que no es otra cosa que el más común caldo de cordero que se ve igual y a nadie le espanta cuando lo come en un restaurante de primera o de cuarta- Rugerio Deodato muestra la escencia del canibalismo. Un antropólogo es contratado para ir a la selva a rescatar a unos jóvenes reporteros que hacían un fiilm sobre el canibalismo. No rescata a los jóvenes quienes son víctimas de la tribu caníbal pero si rescata los rollos donde se muestran las atrocidades y abusos que cometían los jóvenes contra la tribu, homicidios, violaciones, incendios de viviendas movidos por la sed de fama esperando que su documental los haga millonarios. Además su actitud frente a la naturaleza es la misma de la tribu blanca, de los españoles vaciando amércia de oro, los ingleses en la llanura del oeste. Muy ilustrativa la imagen en la que comen tortuga, matan sin piedad al animal y hasta con gusto. Destruyen su concha que es su propia casa y luego lo van devorando. Igual que hace la cultura occidental, alimentándose de la casa y vida de otros mediante el esclavismo o la dominación, pero eso sí, asustándose del canibalismo, como si su actitud frente a la naturaleza no fuera un acto caníbal. Me como tu casa, te estoy comiendo. Pero la falta de respeto a la naturaleza no es un delito, sin embargo, meter armas a la selva y usarlas indiscriminadamente como hacia Hernán Cortes o cualquier otro organgután de la época de las conquistas que se atrevía a juzgar el acto caníbal como salvaje, entonces salva a la víctima del canibalismo esclavizandola y matándola.

El occidental con todas sus peliculitas de caníbales, se asusta de que un ser humano pueda comer humanos pero no piensa devolver el producto robado de sus conquistas ni tampoco pedir perdón. Ni por como se repartieron los europeos Africa en cuadriculas provocando guerras caníbales que aún existen, ni por los indios muertos en norteamerica. Así, originan guerras donde les plazca y se aterrorizan de los crímenes que ellos mismos causaron. Se asustan de que unas personas se coman a otras en quizá el último reducto gigante de selva en el mundo que es el amazonas. Se les acusa de caníbales y no se les anota a su favor que son los únicos que han podido cuidar la naturaleza. Como muestra la pelicula de Deodato, las tribus son violentas, sin embargo también existe el amparo y el amor, tienen reglas aunque no estén legisladas y distintos actos nos castigados de manera salvaje, tal como en occidente, con las mismas técnicas de la inquisición, pero el occidente tiene la potencia del cinismo o la hipocrecia, dos cosas contrarias que en el fondo son lo mismo. “Actua, estoy filmando” le dice el joven camarógrafo al reportero cuando ve con gusto y satisfacción una mujer empalada.

Si el caníbal salvaje actua por hambre, el caníbal occidental disfrazado actua por pura sed de dinero. Cuando un budista critica el canibalismo hay que escucharlo, pero cuando otro caníbal disfrazado, que ni siquiera es vegetariano, hay que reírse de él, como lo hace la cinta de Deodato prohibida en muchos países por su excesiva violencia.

Cuando el destino nos alcance

Y quien resume magistralmente la esencia del canibalismo involuntario es Soylen Green (Fleischer, 1973). Si es cierto lo que hemos sostenido de que el canibalismo más perverso es el que se queda sólo en el símbolo, osea, la parábola del canibalismo (el ser humano que destruye al ser humano) es peor que el mismo canibalismo, tendríamos un ejemplo de ello en la trama de Soylen. Al parecer la única cinta donde el canibalismo es una consecuencia creíble de la forma de llevar la vida. Es decir, el canibalismo real, es consecuencia del canibalismo simbólico. Si sigues comiéndote a ti mismo y a la naturaleza, acabarás comiéndote a ti mismo, pero de manera real y sin rodeos. Precisamente aquí, el delito y crimen sobre el que se desarrolla la trama, el asesinato de un alto funcionario de una gran compañía de alimento, queda totalmente opacado por el canibalismo como crimen a la humanidad, no a la persona comida, que en si no tiene importancia. El cine simplón ha tratado de poner como el crimen, que una persona se come a otra, cuando el crimen en realidad es que la humanidad se consume a si misma. Como preguntó el antropólogo de Holocausto caníbal “¿Quién es el verdadero caníbal?

lunes, 25 de abril de 2011

ANIMAS TRUJANO: el líder, el viva, la gorra y el asesinato.



Anécdota en apariencia simple: A Animas Trujano (Toshiro Mifune), un indígena no tan leal, ni tan inteligente pero sí obstinado y conflictivo, además de borracho y esposo infiel, le frustra no ser el patrono del pueblo (una especie de líder sin funciones claras), su máxima ilusión. No se gana el amor de nadie pero desea esa posición que le traerá según él la admiración y respeto de todo el pueblo. Además de su esposa, la única que parece tener interés en él, y más bien económico, es una prostituta con quien engaña a su esposa. Para llegar a su meta patronal, es capaz de cualquier cosa, incluso vender a su nieto, producto de la relación entre su hija y el hijo del dueño de las tierras donde ánimas “trabaja”. Así logra tener dinero y financiar las fiestas del pueblo como patrón del mismo. Una ola de misticismo de pronto lo ataca llegando a sentir culpa de sus comportamientos por lo que será capaz también de inculparse de un crimen que no ha cometido pero que en sentido estricto no hubiera ocurrido si él hubiera sido una persona cabal.

Así es como Ismael Rodriguez se sale del costumbrismo ramplón de Nosotros los pobres, y en vez de hacer gritar “Toriiito”. El niño ya no es víctima de la maldad de una persona, ya no hay buenos y malos, ahora, ofrece un grito desesperado más conmovedor, más importante y más desgarrador porque tiene más ecos, un grito social. Desaparecen por un momento las personas como ejecutores de los actos y siervos del destino. Si aparece Dios, pero ahora también aparece un hombre con su libre arbedrío razonando por sus actos. Ya no aparece como en Pepe el Toro esa pobreza misteriosa que no sabemos de donde proviene, si los ricos son tan buenos y los pobres tan trabajadores, ahora aparece en escena, así, en pantalla, la sociedad cual es, con su ansia de poder y su irresponsabilidad de otorgar poder a un alcohólico, o a una persona desleal, ahora sí sabemos de dónde vienen los problemas, no hay misterio.

Y comienza a actuar el grupo quien busca culpables a las tragedias pero el espectador vouyer, sabe lo que está pasando. Ya no es la historia simple de una cadena de hechos que termina siempre con el eslabón roto de la injusticia, aquí no hay tragedias, sólo consecuencias. Es una cadena circular donde todos tienen la culpa de todo. Si bien, el responsable es el ejecutor directo, es sólo el representante del destino de un pueblo donde todos participan. Animas se ve como héroe a quienes debieran admirarlo una vez que es patrono, pero les reclama que han comido gratis cuando no ve que lo admiran y respetan como él espera. Saben que por más que la mona se vista de ceda, mona se queda. Nadie lo mira. Es la necesidad del ser humano de ser visto en sus obras, y como el líder no tiene obras, no hay quien lo miré, aunque sus obras sean compradas con dinero.

Es el perfecto retrato, no del oaxaqueño, pero si del político mejicano dispuesto a todo con tal de ser aclamado, visto, respetado, aunque lleve acarreados. Aunque el político es más listo, porque el poder lo lleva a la riqueza y a animas a la perdición. Es casi exacto como el célebre desayuno que ofrece el PRI a sus “seguidores”, ahí va la gorra, el boing y el sandwich. Los seguidores gritarán vivas y el político bañado así en corrupción se hará de la vista gorda. Pero si dejan de gritar vendrá el crimen político o los desayunos. Es un circo donde todos se hacen idiotas. Esta lectura de Animas Trujano como sinónimo del político, debe ser más precisa de la que se le ha intentado dar de Animas como sinónimo del indio oaxaqueño. Será muy difícil si alguien busca en todo Oaxaca y encuentra un caso similar. Los indios están trabajando y tienen una visión del mundo más completa que la que nos ofrece hoy la corrupción de voto por comida.

Esa guía fácil del pueblo a cambio de unos tacos y alcohol, es el retrato completo del borrego mejicano tras su líder, no del indígena, es el pueblo mestizo, queriendo ignorar que su líder es alcohólico, desleal y conflictivo, corrupto e infame. El líder al final se arrepentirá y se erigirá como héroe cuando asuma sus culpas siendo el responsable de un crimen que no cometió. Esto también llega a pasar, en la política se acusa de crímenes a políticos que no los hicieron, “pero pudieron haberlos cometido” y por las cosas que han hecho bien pueden pagar injustamente por otra cosa.

Aún con su estereotipo, y su objetivo equivocado (no retrata al indio, sino al mestizo tras el poder), esta cinta es genial, no es lo más representativo de Ismael Rodriguez, pero quizá es lo mejor que tiene. Su mayor moraleja está en las palabras finales de Animas, “encarcélenme, antes de que me arrepienta”. Un consejo que deberíamos seguir y aplicar con casi todos los líderes políticos que tenemos.

martes, 22 de marzo de 2011

Rashomon de Kurosawa y el sistema acusatorio


Rashomon de Kurosawa y el sistema de justicia acusatorio


Aquí simplemente reflexionaré algunos aspectos sobre como aborda el problema de la verdad histórica un sistema como el planteado en Rashomon de Kurosawa en comparación con un sistema judicial como el mejicano.

La escala de grises de la verdad

No es una película en blanco y negro. Esta precisión se hace particularmente importante en cuanto a su intención de hablar sobre la complejidad, subjetividad y relatividad de la verdad, uno de los problemas más importantes de la filosofía, pero que en la justicia cobra aún mayor importancia. Cada quien verá aquí lo que quiera ver y no hace falta decir que, simplemente, comentar cualquier obra de Kurosawa, ya implica la posesión de cierta autoestima y si existiera la perfección absoluta en el cine esta cinta la tendría, aunque ella misma nos muestra que todo es relativo, así que quizá algún conocedor del cine podrá colgarle algún achaque.

Para el criminalista o para el criminólogo, la mayor información que nos da la cinta, además de ser una consumada obra de arte, es la presentación de un escenario en el que se contradice la verdad jurídica aparece media decena de verdades históricas. Es también una contradicción en los sistemas jurídicos acusatorios. Las leyes son tan cínicas que se dan el lujo de aceptar que nunca pueden conocer la verdad y le dan un nombre a eso que queda de residuo, verdad jurídica. Sin embargo, los sistemas judiciales inquisitoriales son peores aún, pues ni siquiera consideran que la verdad sea inalcanzable.

Las reflexiones que contiene la película provienen de algunos cuentos de Rynosuke Akutagawa, resultando la cinta una exitosa adaptación del cuento El Bosque (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/bosque.htm) y el título tomado de otro cuento, Rashomon (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/rashomon.htm). La versión es muy fiel al original salvo que en el cuento aparece otro personaje que es la madre e inserta una reflexión sobre la puerta del cuento de Rashomon desde donde se ve desolación y perdición. El cuento de Rashomon es pesimista, habla de una mujer grande que roba el pelo a los muertos lo cual indigna a un observador desde la puerta, estos hechos le hacen reflexionar sobre su posibilidad de volverse ladrón. Increpa a la anciana ladrona quien le dice que si no lo hiciera ella moriría de hambre. De este modo, ella le da los argumentos para volverse ladrón y volverla víctima cuando la desprende de su viejo y casi podrido kimono, dejándola desnuda en la intemperie. Un retrato del ser humano que podría ser para nosotros humor negro pero que para el observador oriental es una reflexión trágica. Kurosawa no representó este cuento, pero su filosofía esencial queda en los diálogos iniciales.

Una muy buena reseña de los cuentos en:

http://www.mabuse.com.ar/mabuse/rashomon1.htm

La historia

Han asesinado a un samurái y han violado a su esposa. El investigador no aparece, pero es el punto de intersección entre todos los testimonios que recoge, en la primera intrudicción filosófica surge una plática entre un gris y cobarde sacerdote, un leñador y un molesto sirviente. Cae lluegia sobre la puerta de Rashomon, un hito que es sólo un restrojo del pasado, derruido por calamidades naturales como terremotos y tsunamis. Este tercio de personas platican sobre lo mal que está el mundo y sobre algunas nociones de la verdad, así como la sorpresa que puede causar un suceso como el que ha ocurrido y por el cual han ido dos de ellos a presentar su testimonio. Nunca habían visto algo tan terrible, según dicen. Luego, el investigador recibirá más información de testigos indirectos, del mismo inculpado, del policía que lo detuvo y de la mismísima victima a partir de un medium.

Primero aparece el leñador que encuentra en el bosque un indicio de que algo ha ocurrido, un sombrero de mujer. Desde aquí ya tenemos una probada de lo que es la verdad en parcelas, un sombrero de mujer no es una mujer, pero la representa. Más tarde encuentra la prueba del hecho, el cuerpo asesinado del hombre que tiene una mujer. Además encuentra otros indicios que ayudarán a conocer la mecánica de los hechos, un sable y una herida que unos la verán como herida de sable (cortante) y otros de puñal (punzo cortante) a pesar de ser tan distintas.

Aparece luego el sacerdote totalmente lejos de lo negro y de lo blanco teniendo miedo de todo.

Luego vienen los testigos en la comisaría feudal. Primero la persona que aprendió al sospechoso Tajomaru (interpretado inmortalmente por Mifune) orgulloso de su hazaña presenta al supuesto malhechor. Y posteriormente Tajomoru hace su confesión del asesinato sin ningún enfado pero niega la violación. Y de aquí que siga teniendo interés el relato pues la fuerza del crimen depende en parte de si haya existido o no violación.

Aunque la justicia mejicana indique que a confesión de parte relevo de pruebas, en un sistema acusatorio se debe desahogar el hecho y es lo que pasamos a ver. Aquí vale la pena reflexionar en como un sistema de justicia feudal como el presentado es aún superior a un sistema jurídico inquisitorial como el mejicano, herencia de la institución más corrupta de la historia de la humanidad, la santa inquisición auspiciada sin arrepentimiento aún hoy en día por la iglesia católica. Dicha superioridad la marca su posibilidad de aproximarse de manera más cercana a la verdad.

Por lo anterior, la confesión no detiene el proceso. Facilmente descubren quien mató al Samurai. Pero falta saber si esa verdad es consistente con las otras verdades. La relatividad que está en juego es la de cómo y porque que puede aminorar la culpa en el acto homicida, pues también falta saber si en verdad violó o no a la mujer.

Todo son testimonios. No se necesitan pruebas materiales, la verdad cuando con su lógica azota a cualquier verdad alternativa es suficiente. Nuevamente la comparación, el sistema inquisitorial desprecia la lógica, digamos que es lógico si recordamos que Torquemada en sus instructivos para la tortura indicaba que si algo fuera por la palabra de Dios, aunque todo lo demás lo negara, sería cierto. En el sistema inquisitorial no hay búsqueda de la verdad, pues cree algo que ni la ciencia se ha atrevido a pensar, que tiene la verdad. En el sistema que vemos en la película sí hay búsqueda de la verdad. Por eso es tan importante la exposición de las diferentes verdades porque sólo de todas ellas puede fluir la verdad de los hechos.

En Razhomon se ven aproximaciones a la verdad, aunque en momentos cada nuevo dato parezca alejarse de la que teníamos como verdad, si nos permite acercarnos a la verdad independientemente de que la tengamos o no. Sí, paradójicamente, cada alejamiento que parecemos tener de la verdad, en realidad nos está acercando, pues de lo que nos alejamos es de una idea menos verdadera de la que teníamos, no de la verdad.

Un sistema oral de justicia por la verdad

Lo que vemos es un sistema de justicia oral. Se dice que el sistema inquisitorial en México se da porque una clase hegemónica en ascenso busca consolidarse con gran poder, a tal grado que pueda manipular la verdad. Independientemente de que esto sea o no, el sistema inquisitorial presume de encontrar la verdad histórica, es decir, la verdad absoluta, pero cuando entra un sistema acusatorio confrontatorio como el que muestra la película, la verdad se vuelve un ente tan relativo que solo se puede referir a él en términos relativos. Así surge la verdad procesal. El sistema inquisitorial que en efecto, es herencia de la santa inquisición que de santa no tuvo nada, no da voz al inculpado, y no tiene que darla desde el momento que el ofendido no es una víctima sino el estado, o la iglesia, dios, etc. Cuando el inculpado es la víctima, la misma víctima cobra voz y cada aspecto tiene posibilidades de ser confrontado con las otras visiones de los participantes. La inquisición y su corrupto sistema es la que hace las preguntas pues representa al supuesto ofendido (Dios) cuya existencia ni siquiera se molesta en comprobar. Al no importar la víctima como ofendido, el resarcimiento de daños no será en favor de la víctima sino del ofendido, que como no tiene exitencia probada aunque si probable, se cobrara el resarcimiento en su nombre. Es por ello que la Santa Inquisición hizo riqueza, una especie de lo que Marx llamaría acumulación originaria. Arrebató mediante los trucos más bajos, sus pertenencias a otros. Embargó y robo a manos llenas. Cuando vio su poder disminuido, nadie la obligó a devolver nada y la iglesia corrupta aún cuenta el dinero mientras sufrimos sistemas procesales que nos heredó para su enriquecimiento.

Para un análisis consistente sobre la verdad en los juicios orales: http://www.juiciooraloaxaca.gob.mx/Publicaciones/55revistajussemperloquitur/DIFERENCIA%20SUSTANCIAL%20ENTRE%20VERDAD%20HISTORICA%20Y%20VERDAD%20PROCESAL.pdf

El testimonio como medio de prueba

Para la inquisición, el testimonio es una prueba sólo si acumula datos en contra del procesado, pero el testimonio del inculpado no sirve. En Rashomon, el testimonio también es el principal medio de prueba, sobre todo el del inculpado. Eo existe invistegicación de indicio, toda la responsabilidad está sobre las palabras, palabra cierta debe embonar.

Curiosamente en el sistema inquisitivo, es el juez quien investiga, de hecho el juez tiene su propia policía, rompiendo con esto un principio fundamental, no se puede ser juez y parte. El juez no es policía. En nuestro sistema, el juez tiene su propia policía, rompiendo con toda lógica de justicia. Como la Iglesia que como juez, tenía su policía que era la inquisición. En Rashomon, el juez no está investigando, el juez está escuchando por que la verdad es múltiple y debe escuchar todas. El ofendido no es Dios, no es el estado, es la víctima, pero no hay una víctima sino varias. Una de muerte, otra de violación, pero es el mismo proceso. La historia original se refiere al periodo Heian (pas y tranquilidad) y no sorprende que exista un tipo de historia confrontativa.

Versiones modernas

Evidentemente un concepto tan original, no podría estar exento de pasar a ser musa de otros creadores. Niquelodeon tiene su propia versión para niños de esta fascinante película: Buza la caperuza. Su falta de éxito hasta el grado de ser prácticamente desconocida por la comunidad infantil se debe quizá a que tiene ese pequeño problema, que para verla hay que pensar. No es lo mismo para los papás de un niño ver Toy Story que no demanda del espectador nada más que tener una hora y media que perder y una bolsa con palomitas. Inferior desde el punto de vista tecnológico, Buza la caperuza no solamente es superior a sus competidores somníferos de Disney, pero tiene un argumento cuyo valor sobrepasa a todo el cumulo de las cintas de Pixar.

En Buza la Caperuza, incluso se dan cercanía a los personajes, podríamos ver al leñador, en el violador al Lobo, en la Abuelita al Samurai, etc. Los motivos del delito son otros, pero la forma de contar la historia es básicamente la misma.

Soba de Alan Coton


Los detalles documentales


Entre la fantasía, cine de denuncia, documental y drama, transcurre Soba, que quizá por su origen independiente (al menos del gobierno) tiene que ahorrar en recursos. Aquí es donde se ve el valor de un guionista de planta que quizá fue lo primero en lo que se ahorro, considerando que un director puede hacer las veces de guinista. Pues con esto se les fueron algunos aspectos de documentación sobre el sistema penal en Méjico, si bien pudieron manejar el desarrollo “en algún lugar del planeta tierra”, en cuyo caso no existirían esos problemas, se fueron por una versión más “denuncista” que convirtió parte de la trama en imprecisiones , por ejemplo al policía que castigarán con un descenso laboral de una corporación policiaca a otra por haber matado a un torturado, alguien le podrá decir que no se apure, pues laboralmente es imposible que si trabaja como ministerial del presupuesto del poder judicial no lo podrán descender a policía de seguridad pública que depende del ejecutivo local. Es como si a un empleado de Telcel lo castigaran mandándolo a Iusacel. Eso se lo podrían decir sus abogados laborales. Esa misma mescolanza que hace la cinta en lo que a burocracias se refiere, se traslada al campo de los defectos de cada corporación. Confunde los defectos de una con los de otra. Eso no pasará en las virtudes por la sencilla razón de que las virtudes no existen. Por ejemplo, la policía que ha tenido denuncias por tortura o violaciones múltiples no es la preventiva si no la policía ministerial o incluso la de seguridad pública. Si ha habido violaciones de policías preventivos a mujeres, pero hasta las noticias a mi alcance, nunca han sido múltiples ni en funciones. Resulta muy ilógico que los policías preventivos cometan ese tipo de actos, primero porque tienen una esfera de acción muy limitada que no ha permitido, afortunadamente que su corrupción tome matices tan violentos. La falta de acceso al poder sobre “targets” económicos, los aisla en alguna medida del mercado de la corrupción directa. La realidad puede ser peor, pero no es exactamente como la presenta la película. Al igual, tiene varios detalles donde observamos que faltó que pasaran los guiones por un filtro asesor. Detalles muy pequeños que no desmerecen la cinta pero que sí impiden que sea vista como cine de denuncia. Otro es el caso del “pareja” que se baja en cualquier lugar ya para irse a su casa “aprovechando que están cerca”, como si no tuvieran que llegar los policías al cuartel antes de irse a su casa. Encima de todo, otro asunto que llama la atención es la nula presencia de pruebas. En un caso como este, se debieron haber sacado pruebas ginecológicas para determinar el origen de la violación. La familia del torturado asesinado, sin ningún problema podría demostrar el origen de esa muerte y acreditar tortura.

La historia

Un policía torturador mata durante la sesión de tortura a un interrogado por lo que su jefe lo descienden de puesto en la forma que habíamos comentado.

Una adolescente vive ahora con su padrastro a quien constantemente busca seducir como parte de su búsqueda sexual, el padrastro opone resistencia en repetidas veces, pero en una ocasión es castigada en la secundaria por haberse mojado y enviada temprano a casa. La madre tiene ese mismo día una reunión con sus amigas hipócritas y chismosas. El padrastro es un desempleado crónico que está en la planta de arriba viendo tv. La niña se baña y seca sin ningún recato ante su padrastro como parte de su seducción fatal. Esta vez el padrastro no se puede resistir, pero la madre sube por algunas cosas, mientras las “amigas” se dedican a hablar más de ella, entendemos que arriba, encuentra el peor cuadro de su esposo con su hija. Baja de nuevo pero para tomar un cuchillo y subir de nuevo a hacerse justicia por puñal propio. La mujer mata a su marido y la hija escapa, la madre la persigue enloquecida con el cuchillo en mano y un policía la detiene de un balazo (lo cual normalmente tampoco ocurre en Méjico).

Eso le da oportunidad a la chica a huir de la muerte y deambula por la calle siendo confundida por prostituta unos policías preventivos la llevan a su “cuartel” y la violan repetidamente.

El policía torturador del principio ahora es policía de protección (cuestión fuera de la realidad como habíamos dicho) y ahora es copiloto en una patrulla. El jefe que lo ha descendido le encarga que encuentre a la chica para que puedan saber como ocurrieron las cosas o que declare. Esta parte no constituye un argumento suficiente para que alguien vaya a buscar a la chica, pues en la realidad hubiera sido no estrictamente necesaria la chica. Las huellas de la madre estarían en el cuchillo, así que al esposo no habría sido matado por la chica. Si alguno hubiera sobrevivido, sería necesario el testimonio de la chica para que la madre argumentara locura momentánea, pero de otro modo parece menos relevante de la importancia que le dan en la cinta.

El policía que ha sido descendido la encuentra en la “comandancia” de los preventivos y descubre que ha sido violada. Para no quemar la historia, vale la pena decir solamente que el policía ascendido tendrá que asumir parte de la culpa.

El valor de la cinta

Es una historia bien construida y que vale la pena ver, aun con los problemas de guion que hemos apuntado, por otro lado, el simple hecho de ser autoproducida le da valor doble en todo, prefiero ver una película con algunos problemas pero que no cuente las historias como quiere una institución que se cuenten, a una sin falta de recursos pero muy adaptada a los cánones.

La cinta se atreve a algo que casi nadie lo hace por ser políticamente incorrecto, asomarse a las entrañas de la persona abusada. Y no darla por inocente a toda costa. Casi todas las historias se asoman a las entrañas del abusador, el malo, pero en muchas ocasiones, en la realidad, parte del problema es la persona abusada. Así, se llega al mito fácil de que casi todos (hay hasta erstadísticas exactas) los abusados, devienen en abusadores. Sin embargo, la historia que muestra la cinta, es de un caso de abuso consentido, es decir, más bien sería estupro. Si bien está clarísima la culpabilidad del padrastro, eso no exime de culpa a la niña. En la película es la chica la que constantemente se está ofreciendo y acosando al padrastro. El padrastro no debe tener ojos para ella, y legalmente resulta el culpable por el marcaje de edades, pero la chica es la acosadora en esta historia. ¿No cabría preguntarse si algunos de los casos en los que el abusado deviene en abusador no son porque en sí el abusado es un acosador y es su estructura y destino? Es decir, creeríamos una segunda parte de esta historia, donde esta chica fuera abusadora. Cualquier ONG diría que el motivo es que fue abusada, sin embargo, el motivo habría sido porque siempre fue abusadora. Coincidiría en que ella fue acosadora de su padrastro.

Otro asunto en que esta cinta nos lleva a reflexionar es en el papel tan natural que juega la tortura en nuestro sistema jurídico. Esto no es extraño si sabemos que el sistema judicial mejicano proviene directamente de la inquisición española y de la iglesia católica, donde el acusado no debe saber de que se le acusa y así da más información. La tortura institucionalizada y como engranaje del sistema jurídico es común de las mentes psicópatas que bien pueden resolver las tramas como propone la cinta.

Donde se unen las dos historias, la de el torturador y la violada, es en una especie de síndrome de Estocolmo. La chica se enamora de uno igual a quien la violó. Pero ella siempre había buscado ser violada por el padrastro. El padrastro era un sustituto de un padre que a decir por los chismes de las amigas hipócritas de la madre, era un mal padre. Aquí el policía salvador es sustituto de policías violadores. De esta forma se tejen dos historias en una y dos puntos de vista en uno, sin complejos morales y mostrando la situación tal cual. Creo que ese es el valor de esta buena película.

viernes, 11 de marzo de 2011

Una cárcel para Gol Gotai (Los niños del fin del mundo)



Perros de la calle

En el proceso arbitrario que convierte la película Stray Dogs en Los niños del fin del mundo el espectador incauto creerá que esta novela visual trata de lo que queda del mundo árabe o al menos afgano, cuando en realidad trata de lo que queda del mundo y su infancia. No son los niños del fin del mundo, son los niños de este mundo que vivimos diario. No están lejos. Niños de la calle convertidos en perros de la calle. Igualmente maltratados, y cuando ganan un hogar (como se verá en la película tanto como los niños trabajadores como con los perros de pelea) es porque alguien ha encontrado como ponerlos a pelear y obtener alguien beneficios. Es una historia de lo que queda del mundo, de los sistemas económicos y de los ideales. Lo que queda de las instituciones. Narra impecablemente como al ser humano le salen las cosas exactamente al revés. La visión aguda pero serena de la directora iraní (Marzieh Meshkini) y de su esposo productor, permite compartir al mismo tiempo, con microscopio y con telescopio la génesis de un infimo delito (un robo) que será castigado con todo el peso de la ley que sí, es pesada, pero solo cuando hay "gravedad". La cárcel como lugar de castigo acaba siendo una especie de paraiso donde se puede comer, dormir y ver a los padres. Y como todo paraíso solo es promesa por cumplir.


El infierno

"¿Sabes lo que es el infierno?" -le pregunta la despeinada y encantadora niña Gol Gothai a su perrita- "es el lugar donde los angeles te echan fuego". Le responde haciendo referencia a la primera escena donde ella y su hermano salvaban al animal atrapado en una cueva con salida en el techo, desde donde decenas de niños le lanzaban antorchas para matarla porque era de un norteamericano. Replicando la crueldad que reciben con el siguiente ser que en indefensión seguiría en la cadena alimenticia, el perro. Con ayuda de su hermano la lograron sacar y salvar para hacerla su mascota y compañera que los acompañaría hasta el fin del film y al fin del mundo.

Ambos hermanos, gracias a la bondad de uno de los guardias de la cárcel que recluye a su madre, duermen en la carcel con su madre, presa por bigamia desde que regresó su esposo a quien ella consideraba muerto luego de cinco años de ausencia. En esas condiciones tomó un nuevo esposo y el antiguo la mandó encarcelar y para que ella salga requiere de su perdón, pero el mismo fue encarcelado por otros motivos. Parace un mundo donde todos acaban en la prisión. Como si el destino humano fueran las rejas. "Dile a tu padre que no me pegaba mucho, me casé porque ustedes tenían hambre, dícelo, dile que el otro me pegaba más, dile que me perdone. ¿O quiere que me maten?". Repite la madre una y otra vez. Su condición femenina la hace culpable automáticamente, una observación sin concesiones al fundamentalismo, pero sin adulación al occidente.


Presos nocturnos

Los niños van de una cárcel a otra visitando a su madre o a su padre. Su ingenio infantil define la situación como "somos presos nocturnos". Un día el guardia no los deja entrar y tienen un atercado con él. Los niños deambulan por la calle y evalúan otras opciones de alojamiento. El capitalismo da opciones para todos. Un niño alquila una especie de puestos playeros en la noche contra el frío. Pero no quiere que la niña esté ahí pues "es muy peligroso, ayer se llevaron a una". Así que solo están una noche. Les dice que roben para que puedan ir a la cárcel con su madre. Son muy malos ladrones, roban una cabeza de vaca y sólo logran que se la coman perros salvajes que en unas escenas de singular ecuánime violencia, son puestos a pelear por sus amos. Sin recato los niños son golpeados con varas como si fueran perros para no molestar. Reciben el consejo de ir al cine donde se exhibe una película donde aprenderán a robar. Es Ladrón de bicicletas de De Sica, a donde dejan entrar al perro sin pagar pues "los perros tienen derecho a ver películas de arte". En ese momento, "Los niños del fin del mundo" se convierte en un máximo tributo a una de las mayores pelícuals de la historia, tributo que no desmerece a ninguna de las dos ni a tributador ni a tributante. Esta película está a la altura de serlo y la otra de recibirlo.


El mismo tema pero visto desde el lado opuesto del mundo, desde otro momento, desde la religión opuesta, la moral opuesta, pero la esencia de mantiene, el robo como necesidad de sustento y como paradoja en la que encierra a las víctimas de una economía poco humana como salida natural en la escala más elemental de valores. También surge el balance de fuerzas, ¿que puede aventar a alguien no dispuesto al infierno si no el propio amor? Poco jugo le sacarían los criminólogos a esta cinta si con ella quisieran intentar explicar el robo bajo sus teorías sociogénicas, genéticas o psigénicas. Aquí el delito no tiene causas sociales, ni sicológicas, ni siquiera alimentarias. Lo causa una especie de contradicción entre la razón y la locura. ¿Teoría estatocasticogénica? El delito como azar. La carcel como solución empeoradora de la orfandad pero también la cárcel como orfanato, como comedor, como caridad, como "peor sería el frío". Los niños deben ir a la cárcel, pero "la cárcel no es orfanato" según el agudo diagnóstico de su director cuyos razonamientos no deben ser distintos a los de un director real. La cárcel para estos niños no sólo es la oportunidad de comer, si no de ver a su madre, encerrada por un trama que igual puede encontrar en Kabul o en cualquier otra parte del mundo. En México Distrito Federal por ejemplo, donde la modernización de las cárceles se demuestra con su cambio de nombre. Así que si quieren ir a la cárcel, tendrán que robar. La clave de la bicicleta desicaniana hace que el niño vaya a la cárcel. Pero... hay muchas cárceles.

Mientras Gol Gothai irá de nuevo a buscar a su madre con el mejor, o mejor dicho, con el único amigo del hombre.


mBrotan uchas semejanzas con Ladrón de Bicicletas, no sólo en la trama sino en la producción. Niños que se representan a si mismos. Actores no profesionales. Interés en los problemas de hoy, que curiosamente siguen siendo los mismos que ayer, y que con esa permanencia se demuestran varias posiciones.


Un retrato

Es la historia del maltrato que comienza cuando se lanza a la calle a los niños a ganarse la vida. En el mundo trabajan de 150 a 200 millones de niños. El mundo de los grises donde se pierde la noción de lo absurdo, puede permitir eso y muchas cosas con todos sus matices. El mundo de no existe el bien ni el mal, le arrebata los derechos a los niños para ser letra muerta. Mientras las organizaciones internacinoales se esfuerzan en redactar cada vez mejor y hacer cada vez mejores "calendarios de la UNICEF" con mejores colores, los niños siguen siendo puestos en las calles para trabajar a veces por sus padres, a veces por el mismo sistema. Muchos entrarán a las filas de la delincuencia por una situación simplemente animal, necesito a mi madre, necesito comer, necesito jugar. La película no es una crítica al mundo árabe como se puede llegar a pensar, es un retrato del ser humano. Simplemente "El infierno es el lugar donde los ángeles te tiran fuego".


lunes, 7 de marzo de 2011

Tzameti-13


Un trece de buena suerte

El 13 (que en Georgiano se dice Tzameti) es de mala suerte según la tradición. Muchas películas con el nombre 13 ha habido y han tenido mala suerte, la mayoría han sido bodrios. A esta le pasó al revés, aún como primer largo metraje de Gela Babluani, tuvo suerte total, quizá de principiante, como su protagonista. Una película llena de lujos, se da el lujo de tener a 50 Cent y a Mickey Rurcke en papeles secundarios. Se da el lujo de usar el blanco y negro ganando un toque clásico que combinado con una anécdota moderna nos da una sensación casi adictiva. Cada segundo de la película está justificado en una impecable narración y sin ningún "bug" técnico referente a la criminalística.

Migrante con su suerte
Un joven migrante de Georigia (Vince) que trabaja en Francia con empleos esporádicos es contratado por un hombre extraño apurado económicamente para arreglar el tejado de la casa en que vive con su esposa. La familia del chico también tiene problemas económicos y su hermano le ha prestado dinero mientras cobra el trabajo actual. El techo tiene algunos hoyos que le permiten escuchar al joven entre otras conversaciones una relacionada a una fortuna que cobrará el extraño hombre quién es vigilado por un detective que toma fotografías de la casa y vigila de cerca los movimientos en ella. La simple intriga que generan los primeros 30 minutos sobre que es lo que está en juego, ya justificaría la película.

Pero comienza la acción. El hombre contratante antes de pasar al baño a drogarse deja cerca de la ventana algunos papeles y un boleto que le ha llegado para hacer el viaje que le dará la fortuna. Al rato muere de una sobredosis y los papeles y el boleto acaban por todos lados por un ventarrón. La hermana venderá la casa por lo que la esposa debe abandonarla y le dice al obrero que no le puede pagar pues ya no es asunto de ella el inmueble. Así, el joven, en un cobro "a lo chino" toma el boleto y hace el viaje haciéndose pasar por el hombre del negocio.

Hasta ahí el misterio. Luego viene el la acción. La policía comienza a perseguir al joven pero gracias a toda una logística ajena es burlada la investigación. Llega a una casa con mucha gente donde causa cierta incomodidad que él no sea la persona no sea la esperada pero es tolerado como sustituto bajo la advertencia que ya no puede retirarse del negocio.

El negocio resulta ser una apuesta basada en una ruleta rusa de 13 personas por tandas. Formados en círculo el primer participante le apunta al segundo, el segundo al tercero y así sucesivamente en un derrame de adrenalina que solo es curado con dosis de morfina. Al encenderse una lámpara los participantes deben disparar. Los sobrevivientes pasan a la segunda tanda y así hasta que quedan cuatro que son sorteados para quedar en dos. En cada ronda corren las apuestas multimillonarias. Como el chico es principiante gana la gracia de uno de los apostadores. Vince sobre vive a todas las etapas resultando ganador y cobrando su fortuna. Huye del lugar y en el camino observa las placas CV1313 del apostador que creyó en él. Inteligentemente envía por correo a su hermano el dinero sobradísimo con respecto a su deuda y compra su regreso por tren. La policía que ahora sabemos, anda muy cerca de los apostadores ilegales, lo intercepta en la estación pero él ya no tiene el dinero y sale avante con los interrogatorios. Este principiante se sube al tren donde volverá a probar su suerte pero pase lo que pase quedara intacta la suerte del cinesta también primerizo que realiza una impecable película.

La suerte de la policía
Una historia que habla de la buena y mala suerte, y como una u otra pueden convertirse en su contrario. Participantes cuya desesperación no les alcanza a comprender que sus probabilidades de morir son altísimas en esta elección del azar que proviene tanto del problema económico como de la ludopatía, en este caso extrema. La adicción a las drogas va de la mano a la adicción al juego y quien juega necesita cada vez más aunque eso implique el comercio de vidas. El crimen en cadena detona crímenes cada vez más graves. Si esto se llevara al extremo quizá llegaría a la historia una red de secuestros cuando los voluntarios se hubiesen agotado. Nos muestra una policía más bien tontita carente de tecnología de rastreo y de logística muy inferior que la de los criminales. Técnicas de interrogatorio de tortura inversa, pues quien tortura es el interrogado al policía que no logra extraerle ni una sola palabra de ayuda. Es decir, una policía muy realista, nada heróica que no solo permite sino que promueve el cultivo de crímenes perfectos a la luz del día.

domingo, 6 de marzo de 2011

Presunto culpable de inocencia (Presunto Culpable)


PRESUNTO CULPABLE DE INOCENCIA

Culpable de inocencia

Presunto Culpable es un excelente documental en todo: foto, guión, producción, y hasta sonido, cosa rara en las películas meidin Mexico, cuyo audio por no llamarle ruido, nos recuerda un guokitoki ruso en pleno ataque nazi. Añadiríamos que está bien documentado, pero un halago sobre ese deber resultaría grotesco. Igual goza de buena actuación, aunque en sí, esto sea más bien un reclamo, ya que de un documental se espera que no tenga actuación, y en algunas partes hay que decirlo, pareciera que no faltó la representación histriónica.


Además de lo obligatorio tiene otros atributos: un hilo narrativo, cierta tensión dramática, que tampoco puede llegar a ser mucha en una crónica. No se sale del tema hablando del sufrimiento de los mejicanos y mejicanas ni su origen en la conquista o rencillas del narcotráfico, todo lo cual se agradece de sobremanera. Sólo habla de la injusticia causada por la corrupción y la burocracia jurídica. para un caso específico, lo que a ellos les consta. Así vemos método más bien antropológico con el caso de Antonio Zúñiga (Toño), un inocente acusado de homicidio y nos aclara mediante capsulas informativas a lo largo de la película, para combatir nuestra ignorancia, que su asunto es similar al de otros miles o quizá a todos en cierta forma. En resumen, se parece mucho más a un documental de Michael Moore que a un culto y somnífero reportaje de TVUnam o del Canal 11 o a un deplorable programa amarillo de Televisa.

La crítica siempre de garra severa, hizo tregua con esta película, quizá lo consideran pecado porque hacerlo los llevaría a ser considerados poco solidarios ¿O en realidad el film es perfecto? No lo creo. La película muestra el magnífico trabajo de los abogados (y abogadas) y sintetiza la inocencia del culpable, pero a la vez muestra que ella, la cinta, también es inocente, muy inocente. Por que nos orienta a pensar mediante algunas insinuaciones que un cambio en el sistema de principios jurídicos cambiará la situación legal y judicial del país. “¿Por qué no hacen bien las leyes?” dice casi al final de la cinta la madre del inculpado. Pero con estas y otras leyes el resultado será el mismo en un país que no funciona con leyes sino independientemente de ellas. En México el congreso está presto hasta para mejorar las leyes de la gravedad, pero las cosas seguirán cayendo ¿O no hay leyes vs el narco? E incluso leyes hasta para los detalles simples. Leyes anti violencia, anti ignorancia. Hasta antinaquez, como una nueva ley del DF que prohíbe la ancestral costumbre llamada ley del monte que extrapolada a la ciudad significa poner obstáculos en la vía pública para apartar lugares de estacionamiento. Hay una ley antigordos, y nos invade la duda de porqué en Inglaterra si funciona y en Méjico no.

En occidente, hay básicamente dos orígenes de sistemas legales. El romano que lleva al sistema inquisitorial y el sajón que lleva al sistema acusatorio. El primero como su nombre podría sugerir, está diseñado para fabricar culpables (criminales) que osan ofender estado. El segundo busca descubrir la verdad histórica de un hecho en el que una víctima resulta ofendida. Por ello, el primero usa el lenguaje más simple de falsificar, el escrito y el segundo el hablado. Algunos síntomas del sistema jurídico nacional ya han comenzado a cambiar con el implemento de los primeros juicios orales en Chihuahua y las cosas siguen igual. En el 2010 se duplicó el número de asesinatos chihuahueños con respecto al 2009. Como el caso de Marisela Escobedo cuya juez encargada, y por las tardes al parecer empleada de los Zetas, de la manera más cínica dejó libre al culpable confeso del asesinato de su hija. ¿Qué sistema judicial resiste el hecho de que los jueces sean empleados de la misma delincuencia? Es más, ¿Qué sistema resiste el hecho que los jueces sean delincuentes como el Juez Rafael Boudib o el juez de Toño?

Es la inocencia en que navega la película que debió haberse estrenado el 28 de diciembre, o por su ayuda internacional el 1ero de abril , pasemos a demostrar su culpabilidad de inocencia.

Di que soy feo pero no digas como soy o peínate que vamos al cine

Presunto Culpable no nos habla de hechos desconocidos para todos, su importancia radica en que documenta a tal nivel un caso que descubrimos no que, si no como hacen trampa los jueces. Todo bien, pero ¿Por qué nos muestra una rebanada de la corrupción si nos pudiera mostrar el pastel completo? ¿Por qué demonios no nos muestra con fuerza, el dolor, frustración y estragos económicos causados por la “justicia”? Lo podría hacer pero no lo hace, quizá por el mismo temple del protagonista, pero reconociendo la inteligencia y habilidad de los creadores, quizá sea porque no es su intención.

A quienes de algún modo más o menos sabemos como son en realidad las cárceles, incluyendo a cualquier ex inquilino del reclusorio oriente, nos queda una sensación de que algo falta.

Es cierto que aquí se aplica el viejo principio supuestamente cuántico de que la observación modifica al objeto observado. El caso de Toño, evidentemente es modificado al observarlo. De jodida el juez del vestido de jarripoter mandará limpiar la sala y las jaulas al saber que serán filmadas, se peinará y ese día quizá no robe tanto a tal grado de facilitar el ansiado (al menos por Cinepolis) final feliz.

La observación cuántica se acrecentó pues muchas instituciones se interesaron en la producción, no sólo ONGs sino el mismo poder ejecutivo aunque al judicial no le haya gustado tanto. El entusiasmo fue tal que distintas autoridades fueron a la presentación y distintas oficinas proporcionaron recursos. El gobierno del D.F., esencialmente corrupto y a quien le importa un pito si hay mil o 10 mil inocentes encerrados, se hizo pasar por bueno facilitando permisos a la producción. Tanta colaboración podrá ser legítima, pero resulta extraña. Distintos gobiernos, incluido el de ultraderecha moderada de Ebrard, está poniendo en venta las cárceles a la iniciativa privada, en particular hay buenos postores ingleses. Esto empeoraría el funcionamiento. ¿O ahora, las grúas privadas de Ebrard son más honradas que antes? Mientras promueve aberraciones da aplausos y dinero a una cinta que lo cuestiona severamente. Al menos debería quedarle el saco, pero no piensa que sea una alusión a él. Si fuéramos un país más civilizado, habría habido varias renuncias después del estreno del film. Al menos del judicial corrupto y del juez de la capa de jarripoter. Ya de jodida, a la "Posporquesmichamba", la hubieran mandado a un curso de computación, uno de redacción y uno de buenos modales.

Quizá una probable explicación de la paradoja de la bienymal recibida película está en que la facilitación gubernamental de la cinta haya sido negociada (aun en un proceso no tangible) a cambio de no mostrar la cárcel crudamente, de una forma aceptablemente indecorosa. Aún con lo deprimentes que resulten las escenas carcelarias que nos presenta el documental, solo muestran lo mejor de ellas. La "suite" donde se encuentra la cama del protagonista que según sus propias palabras es "una tumba" aún con lo terrible y horrosa que es, no tiene que ver en absoluto con las condiciones que "descansa" la mayoría de los internos, algunos de los cuales a la hora de dormir se amarran el dorso a los barrotes porque no hay espacio para dormir en el suelo, tener suelo es un privilegio y cuesta, así duermen miles de internos, sobre todo los inocentes. Al parecer el presunto culpable, gracias a la observación que modificó al objeto y a su defensa ascendió en la prisión a una posición "privilegiada" y le tocaron celda, cobijas, ropa y un pedazo de piso frío para dormir. ¿Podemos imaginar como son los casos no observados?

Aunque la película no lo diga, los internos pagan renta tres veces al día (de 1 a 10 pesos) a los corruptos carceleros que dan su parte al director y así sucesivamente hasta altas autoridades. No tienen tampoco comida, ropa, agua, celda, y en realidad nada. Los carceleros inventan juegos como el de la motocicleta, con los que golpean y humillan a los presos que se bañan con agua fría deteriorando paulatinamente su salud. El documental no menciona estas cosas y cuándo denuncia algo lo hace con mucho tacto como si le estuviera reclamando a una novia. “¿Te tocaron?”, recuerda la esposa de Antonio que le dijo una de las celadoras ante la revisión, porque “no todas son iguales”. El “te tocaron” como eufemismo de “te violaron” no parece ser la expresión más exacta en un cine de denuncia. Esto hace que venga al espectador un asalto de dudas en cascada. ¿Por qué el film respeta al sistema carcelario? Un extranjero pensaría que nuestras cárceles son exóticamente normales ¿No es un doble juego de te cuento que robo para que veas que no miento y me creas que no mato? Evidentemente el juego perverso no lo hacen los creadores sino las autoridades usando el film para su beneficio del mismo modo que usan las leyes, pero la película es inocente al caer en el juego ¿Por qué Presunto Culpable no muestra ni de reojo las prácticas de fagina, el rancho, el cantón y todas las atrocidades que el gobierno torturador comete diariamente?

Quizá no interesa al film lo anterior porque no es un documental contra el sistema carcelario, sino contra el sistema judicial inquisitivo. Por distintas insinuaciones parece que nos desea mostrar los beneficios del sistema restaurativo que no es exactamente ni proveniente del sistema romano ni del sajón. Porque piensa inocentemente que cambiando el sistema jurídico cambiará el carcelario. Y por eso acepta mostrar una parte a cambio de ocultar otra. Quizá por eso puede pasar equipo de filmación a la sala y a la cárcel.

Es una situación que ni siquiera es reprochable y evidentemente se debe de implantar el sistema restaurativo y oral, pero hay que ir dejando claras las cosas en lo que sí nos interesa. ¿No está hecho el sistema acusatorio para alimentar de clientes al sistema carcelario? Entonces, ¿que pasa si cambia el sistema acusatorio pero no el carcelario? ¿Habrá demanda pero no oferta? ¿O ocurrirá entonces que con menos presos tengan que obtener las autoridades las mismas ganancias? Sí, hay que repetirlo: las instituciones ganan cuando el documental no muestra la cruenta realidad de las prisiones y de la privación de la libertad como práctica inquisitoria y salvajemente torturadora.

El espectador queda con la idea de "ay que fea es la cárcel" siendo que podría no ahorrar en adjetivos. La “fiscal” que aparece en la cinta resume todo esto muy bien cuando el joven acusado le pregunta porque acusa de esa manera sin tener certeza de lo que hace, “pos porque es mi chamba” contesta la inútil graduada de leyes que en unos años será parte del novedoso sistema oral.

El brake del conejo

Comenzamos a conocer a Toño desde el principio. La primera escena nos lo dice: excelente bailarín de brake. Talentoso y carismático. Momentos después sabemos que por si fuera poco escribe canciones de rap -buenas para mi gusto, que soy amante del rap-, en una de las cuales su historia le resultó profética. Los raperos tienen ese toque extrasensorial que los hace candidatos ideales a culpables. Hace reflexiones profundas que a veces son comunes entre cierta clase de presos. Más adelante sabremos que además de estas dotes se ganaba la vida como ambulante y una imagen de su puesto nos deja entrever que su ramo no es el alimentario ni del vestido sino de la piratería. Es decir, Toño –podemos intuir- se dedica a una de las actividades ilícitas en las que Méjico es ocupa el primer lugar, vende discos piratas con toda naturalidad y a la luz del día por lo que resultaría lógico que participara en la corrupción con su semanal cuota a la “otoridá correspondiente”. Toño que es inocente de asesinato, quizá sea culpable de piratería. Y esto aunque sea de mal gusto, hay que decirlo, también hay inocentes de piratería que están en la cárcel. Se trata de una justa permuta. El sistema en el que vive y alimenta Toño como todos nosotros demanda que Toño esté en la cárcel. De hecho, al sistema le beneficia que quienes estén en la cárcel sean inocentes, por muchos motivos, son más fáciles de manipular estadísticamente, son más dóciles y tienen sustancialmente menos dinero. Desde aquí vemos al sistema judicial como una rama del teatro pero mal intencionado, dispuesto a arrebatar vidas. No es que nadie sea inocente hasta que se le demuestre lo contrario, es que sencillamente nadie es inocente.

Pocas veces lo podemos ver tan claro que hay un gran absurdo, un vacío en estas historias de injusticia, y aunque no lo recalca, el documental nos ayuda a apreciarlo. Toño es una buena persona, es compositor y bailarín. En cierta forma es músico, acróbata y atleta. Su rap, seguramente le ayuda a sobrellevar la terrible pena de vivir en prisión en forma entera y valiente y de forma relativamente sana. No a todos les pasa igual, muchos acaban deprimidos a los tres meses, otros mueren de pulmonía por el agua fría con que son obligados a bañarse en las mañanas, aún teniendo en mano diagnóstico médico de debilidad pulmonar. Pero el tiene un perfil de fortaleza, física y moral y tener la suerte de ser defendido por personas honestas e inteligentes con bastos recursos. El punto es que Toño es alguien que debería ser provechoso, es la fuerza productiva que no usamos como nación, un artista en potencia al que le toca en vez de ser entrenador, deportista o artista vender discos piratas estorbando en las banquetas o cumplir una condena que no le corresponde para alimentar el negocio carcelario. Si su circunstancia fuera otra, quizá estaría grabando discos, pero no en el sentido pirata, sino como lo hace Eminem. Si hubiera nacido en otro país, donde pagar impuestos no es una amenaza confiscatoria, la educación un privilegio inalcanzable, y el abuso no está a la orden del día, quizá Toño viviera de lo que sabe hacer muy bien, bailar y componer. Pero sólo nos quedan la economía de becas, el sonambulismo económico del comercio informal o manejar una grúa de Ebrard que con el narco, son las únicas formas que la gente tiene para esquivar el sistema fiscal confiscatorio.

A Toño como a muchos otros inocentes les toca bailar el rap del conejo.

En este lugar queremos un conejo

Asi que te haremos orejas y pezuñas

Acepta la culpa no seas pendejo

Mejor las rejas a limón en las uñas

Como dice Foucault, el estado no acompaña al preso hasta su celda. Lo deja perdido en un sistema judicial corrupto. En la película un policía anónimo parece ser la voz de Dios “a veces hay que exagerar las cosas para que esta gente no esté en la sociedad”. Policías son Dios. Dios es el Estado. Jueces son Criminales. Y hasta policías son ahora criminalistas. En este sentido la marca de culpabilidad viene desde la toma de pruebas. No lo dice el documental, pero la más reciente ley penal del distrito federal, ya autoriza al policía judicial a ser también criminalista, a levantar pruebas, aplicar Harris, parafinas y lo que se le antoje, al fin que acabó la secundaria y llevó física y química y de taller carpintería. Esto no es para ahorrar sino para que el culpable venga prefabricado desde el principio y sin rebabas que pudieran presumir su inocencia. “Pos es mi chamba”. Su trabajo no es hacer justicia, es culpar.

Más que pruebas el sistema muestra escenarios. Por eso es indispensable inventarle un apodo. “Alias El Toño”, “El Largo”. Porque si demuestran que tiene apodo, demuestran que es delincuente.

Hechos que en casi cualquier sistema juridico tirarían el juicio aquí pasan como si nada. El testigo puede distinguir una 22 pero nadie le pregunta como es que conoce tanto de armas, ¿estudió en el ejercito?. Los policías son olvidadizos por su gran carga de trabajo. Da lo mismo que prueba de polvora le hicieron, si fue de parafina como en este caso o fue de Harris. Uno de los involucrados fumaba, al menos mariguana, pues se supone que iba a recibir dicho producto. Por ese simple hecho, la prueba resultaría inadecuada. Pero esos son detalles que a la justicia mejicana no interesan. "El 95% de las pruebas no son físicas", lo dice el film en una de sus cápsulas.

Del hilo negro al agua tibia

Los creadores dicen haber descubierto que el juez no participa en los juicios en México. Realmente eso ya se sabía. De hecho es peor, ni siquiera el ministerio público se aparece en los juicios y sólo está uno de sus llamados secretarios que aparecen como fiscales sin serlo. En el documental este papel lo lleva Marisela Miranda Galván alias la “Posporqueesmichamba" que también tiene oportunidad de mostrar su actualización tecnológica con la frase “¿está en el ‘diské’?” y uno se pregunta “¿Aun existen los ‘diskes’?” Y el responsable de compras respondería “Claro que existen, y son carísimos”.

Esos desajustes del sistema acusatorio ya los han develado en el mundo críticos como Mariano Cornejo. Pero sobre todo aquellos que se unen al movimiento de la justicia restaurativa y los juicios orales. Lo han dicho una y otra vez. La idea es simple, en el sistema acusatorio, el ofendido es el estado, el ofensor necesariamente es un delincuente, el castigo es indispensable y quien debe demostrar es el acusado su inocencia. En la justicia alternativa, el ofendido es la víctima, y la reparación es indispensable y quien debe demostrar es el estado la culpa. Parece una buena teoría. Desgraciadamente la primera viene del derecho romano y la segunda del derecho sajón. ¿También nos volveremos protestantes? Que bueno que no hablan de teoría en el documental aunque una pequeña mención con letras pequeñitas no haría mal a nadie.

Aunque el juez nunca se aparezca en los juicios ya porque esté en borracheras, o cobrando algún soborno de secuestradores, en el documental el juez se da sus ratos para aparecer hasta para dar explicaciones pedagógicas (modificación del objeto observado). No pueden faltar ni su tradicional papada donde guarda lo robado en forma lipidaria, ni la sonrisa cínica oculta en una cara de corrupto que no puede con ella ni su disfraz de jarri poter, indispensable para los actos de magia que requiere la justicia mejicana, que se mostrarán como a lo largo del documental: desaparecer hechos del juicio en los expedientes (al fin que cada hoja cuesta 10 pesos y no están grabados ni hay testigos de nada), meter falsos testigos, quitar verdaderos testigos, falsificar impunemente cédulas profesionales. Y muchos más.

Otros de sus descubrimientos de Presunto Culpable, quizá no están bien analizados, por ejemplo, en la mayoría de las detenciones no hay aprensiones, pero esto es normal en todo sistema jurídico porque la mayoría de ellas son infraganti y en ese caso la ley no lo exige. Si bien son detalles son aspectos de rigor documental que pudieron ser mejores.

La inquisición o Dios siempre está a tu lado

Toño muestra durante todo el documental una visión de la vida espiritual. Cree que está en la cárcel porque Dios lo decidió porque él se lo pidió. Dios siempre está a su lado, el estado también. Pero que alguien esté a tu lado no significa que te ayude, puede estar siempre a tu lado para chingarte.

No es de hoy, viene de antaño. Es el método de la inquisición, de la conquista y que aún llevamos encarnada casi genéticamente en la lengua española. El sistema judicial romano, casado con el sistema eclesiastico y la santa inquisición. El culpable debe demostrar su inocencia y no al revés. La inocencia es la que exige pruebas, no la culpabilidad. También tiene que ver con la visión del "otro" en cada cultura. Cuando alguien "estornuda en inglés" se disculpa, cuando uno "estornuda en español" el otro le dice "salud". En inglés le hablas de tu al presidente o al juez, en español tu yo sabe a quien puede hablarle de tu y a quien no, además de que no es una relación bilateral. Todo esto se funde en el momento que conceptualizamos ideológicamente la inocencia.


En caso de que haya equivocación en la determinación del culpable, tampoco importa, porque finalmente todos somos culpables de algo. ¿O no quedamos que quizá Toño era culpable de piratería? El inculpado también tiene como opción aceptar su culpa inexistente y lograr algunos beneficios, como son no morir quemado, comer todos los días. De los males el menor. Es la visión inquisitorial de la justicia.

“- El señor es mentiroso –dice el abogado de Toño en una audiencia refiriéndose al testigo comprado

- No insulte –dice el Juez, con un cinismo magistral (quizá por eso es magistrado), olvidándose que el sistema le puede dar cincuenta años de cárcel al inculpado, y que haberlo tenido ya unos años ahí, no sólo es un insulto sino una patética irresponsabilidad criminal”.

Más tarde se demostrará que en efecto el testigo es mentiroso, en un sistema lingüístico que parece para idiotas donde en una sala donde todos oyen a todos X le habla a Y refiriéndose a W para que Z escriba y repita a Y y entonces escuche W. Una simulación total y una mezcla convenenciera de lenguaje escrito y hablado que la conocía bien Torquemada en su fabricación de culpables. Ni siquiera es un sistema no oral, es un sistema absurdo. No es un sistema para idiotas sino para corruptos, para que la palabra pase ese filtro que es la escritura de menor velocidad y factible de “corrección”. Es decir “está en el diske”. Y en el “diské” puede pasar cualquier cosa:

-Como dije antes –dice el acusado

-Como dije antes -repite el acusador

-Como dije antes –escribe el escribano

- Yo le decía a usted –dice el acusado

- Yo le decía a usted –repite el acusador

- Yo le decía a usted –escribe el escribano

- Mientras usted- dice el acusado

- Mientras usted –repite el acusador

- Mientras usted – escribe el escribano

- Me daba manotazos en el techo –dice el acusado

- Me daba manotazos en el techo –repite el acusador

- Me daba manotazos en el techo - Escribe el escribano

- Y me decía –dice el acusado

- Y me decía –repite el acusador

- Y me decía –escribe el escribano

Y de ese modo carcacho llegamos al momento cumbre de la película, mitad real y mitad actuado:

-Yo Sali

- Yo salí

- Yo salí

-En la prueba

- En la prueba

- En la prueba

-Limpio

- Limpio

- Limpio

- Y efectivamente

(coro)

-Yo

(coro)

-No

(coro)

-Vi

(coro)

-Quien

(Coro)

-Fue

(Coro)

-El que te disparo

(Coro)

Es la cumbre de la cinta y prueba suficiente de que los juicios no orales son absurdos y que en efecto hay que elimnarlos. Luego entra la música bonita y se cumple el compromiso con el espectador y con Cinepolis de que hay un Dios y una salvación. Dios está a tu lado. No hay exceso y sólo gracias a que el documentalista se apiada y evita escenas melodramáticas irrelevantes, no nos invitan a llorar junto con el que vende las palomitas o los discos piratas.

Bisnes ar bisnes

Una película de denuncia, con licencias al sistema por razones no muy claras. Busca quizá la promoción de los juicios orales y de ahí el apoyo del gobierno y de instituciones internacionales. Los juicios orales le quitan el negocio a muchas personas del sistema judicial, pero benefician a la sociedad y al poder ejecutivo, pero sólo como un primer paso. Las cosas no van a cambiar por implantar otro tipo de justicia si la sociedad no cambia.

No seamos inocentes. Comprendamos quien gobierna este país: el crimen organizado, las televisoras con su justicia sumaria expertas en fabricar culpables. En el sistema judicial hay división del trabajo, el juez inventa un culpable, la cárcel lo explota y le exprime el dinero a su familia. La cárcel es la monetarización del sistema judicial. Las salas de audiencia son sólo la oficina del negocio, el dinero se recauda en la cárcel. Esto lo debemos comprender para no creer que cambiando el sistema judicial cambia el sistema penitenciario que es realmente el que da los retortijones a los inocentes. La cárcel debe también ser denunciada, igual que los partidos y las personas que se benefician ilegítimamente de eso. Ese es el gran olvido de la película.

Ese olvido se relaciona con otra especie de lapsus que tiene la cinta. Una de las pruebas más contundentes que la injusticia la llevamos en las venas, es que siendo una cinta contra la injusticia, usó las mismas prácticas de mercadotecnia oculta e injusta para el espectador, como divulgar que estaba prohibida y esas piltrafas que todos conocemos. Eso no es responsabilidad de los productores ni los participantes, sino de los comercializadores, pero debemos dejar claro como se mueven las cosas aquí y entender que todas las etapas se relacionan como en la cárcel.

Por lo pronto, en este país si eres culpable tienes mayores probabilidades de demostrar inocencia porque entonces tienes coartada y recursos. Los mejicanos ilusos, creemos que nunca nos ha pasado una situación como la de Toño. Pero diario nos pasa pero como dormimos en colchón no nos damos cuenta. De hecho tenemos gobiernos espurios que ahora supuestamente apoyan la promoción de la justicia alternativa, porque culpabilizamos a un inocente de ser un peligro para Méjico, y declaramos inocente a uno que era culpable de ello. Por que vemos mucha tele, porque no somos críticos, porque no sabemos leer entre líneas. Porque creemos que al ver una cinta, nos está diciendo todo y no completamos lo que falta. La cinta no nos puede decir todo, decirlo todo hubiera impedido realmente su posibilidad de salir a la luz. Pero el observador debería ver lo que hay detrás del velo y también reconocer que aunque seamos inocentes, entre todos podemos ser culpables de no poderlo demostrar.