martes, 22 de marzo de 2011

Rashomon de Kurosawa y el sistema acusatorio


Rashomon de Kurosawa y el sistema de justicia acusatorio


Aquí simplemente reflexionaré algunos aspectos sobre como aborda el problema de la verdad histórica un sistema como el planteado en Rashomon de Kurosawa en comparación con un sistema judicial como el mejicano.

La escala de grises de la verdad

No es una película en blanco y negro. Esta precisión se hace particularmente importante en cuanto a su intención de hablar sobre la complejidad, subjetividad y relatividad de la verdad, uno de los problemas más importantes de la filosofía, pero que en la justicia cobra aún mayor importancia. Cada quien verá aquí lo que quiera ver y no hace falta decir que, simplemente, comentar cualquier obra de Kurosawa, ya implica la posesión de cierta autoestima y si existiera la perfección absoluta en el cine esta cinta la tendría, aunque ella misma nos muestra que todo es relativo, así que quizá algún conocedor del cine podrá colgarle algún achaque.

Para el criminalista o para el criminólogo, la mayor información que nos da la cinta, además de ser una consumada obra de arte, es la presentación de un escenario en el que se contradice la verdad jurídica aparece media decena de verdades históricas. Es también una contradicción en los sistemas jurídicos acusatorios. Las leyes son tan cínicas que se dan el lujo de aceptar que nunca pueden conocer la verdad y le dan un nombre a eso que queda de residuo, verdad jurídica. Sin embargo, los sistemas judiciales inquisitoriales son peores aún, pues ni siquiera consideran que la verdad sea inalcanzable.

Las reflexiones que contiene la película provienen de algunos cuentos de Rynosuke Akutagawa, resultando la cinta una exitosa adaptación del cuento El Bosque (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/bosque.htm) y el título tomado de otro cuento, Rashomon (http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/jap/akuta/rashomon.htm). La versión es muy fiel al original salvo que en el cuento aparece otro personaje que es la madre e inserta una reflexión sobre la puerta del cuento de Rashomon desde donde se ve desolación y perdición. El cuento de Rashomon es pesimista, habla de una mujer grande que roba el pelo a los muertos lo cual indigna a un observador desde la puerta, estos hechos le hacen reflexionar sobre su posibilidad de volverse ladrón. Increpa a la anciana ladrona quien le dice que si no lo hiciera ella moriría de hambre. De este modo, ella le da los argumentos para volverse ladrón y volverla víctima cuando la desprende de su viejo y casi podrido kimono, dejándola desnuda en la intemperie. Un retrato del ser humano que podría ser para nosotros humor negro pero que para el observador oriental es una reflexión trágica. Kurosawa no representó este cuento, pero su filosofía esencial queda en los diálogos iniciales.

Una muy buena reseña de los cuentos en:

http://www.mabuse.com.ar/mabuse/rashomon1.htm

La historia

Han asesinado a un samurái y han violado a su esposa. El investigador no aparece, pero es el punto de intersección entre todos los testimonios que recoge, en la primera intrudicción filosófica surge una plática entre un gris y cobarde sacerdote, un leñador y un molesto sirviente. Cae lluegia sobre la puerta de Rashomon, un hito que es sólo un restrojo del pasado, derruido por calamidades naturales como terremotos y tsunamis. Este tercio de personas platican sobre lo mal que está el mundo y sobre algunas nociones de la verdad, así como la sorpresa que puede causar un suceso como el que ha ocurrido y por el cual han ido dos de ellos a presentar su testimonio. Nunca habían visto algo tan terrible, según dicen. Luego, el investigador recibirá más información de testigos indirectos, del mismo inculpado, del policía que lo detuvo y de la mismísima victima a partir de un medium.

Primero aparece el leñador que encuentra en el bosque un indicio de que algo ha ocurrido, un sombrero de mujer. Desde aquí ya tenemos una probada de lo que es la verdad en parcelas, un sombrero de mujer no es una mujer, pero la representa. Más tarde encuentra la prueba del hecho, el cuerpo asesinado del hombre que tiene una mujer. Además encuentra otros indicios que ayudarán a conocer la mecánica de los hechos, un sable y una herida que unos la verán como herida de sable (cortante) y otros de puñal (punzo cortante) a pesar de ser tan distintas.

Aparece luego el sacerdote totalmente lejos de lo negro y de lo blanco teniendo miedo de todo.

Luego vienen los testigos en la comisaría feudal. Primero la persona que aprendió al sospechoso Tajomaru (interpretado inmortalmente por Mifune) orgulloso de su hazaña presenta al supuesto malhechor. Y posteriormente Tajomoru hace su confesión del asesinato sin ningún enfado pero niega la violación. Y de aquí que siga teniendo interés el relato pues la fuerza del crimen depende en parte de si haya existido o no violación.

Aunque la justicia mejicana indique que a confesión de parte relevo de pruebas, en un sistema acusatorio se debe desahogar el hecho y es lo que pasamos a ver. Aquí vale la pena reflexionar en como un sistema de justicia feudal como el presentado es aún superior a un sistema jurídico inquisitorial como el mejicano, herencia de la institución más corrupta de la historia de la humanidad, la santa inquisición auspiciada sin arrepentimiento aún hoy en día por la iglesia católica. Dicha superioridad la marca su posibilidad de aproximarse de manera más cercana a la verdad.

Por lo anterior, la confesión no detiene el proceso. Facilmente descubren quien mató al Samurai. Pero falta saber si esa verdad es consistente con las otras verdades. La relatividad que está en juego es la de cómo y porque que puede aminorar la culpa en el acto homicida, pues también falta saber si en verdad violó o no a la mujer.

Todo son testimonios. No se necesitan pruebas materiales, la verdad cuando con su lógica azota a cualquier verdad alternativa es suficiente. Nuevamente la comparación, el sistema inquisitorial desprecia la lógica, digamos que es lógico si recordamos que Torquemada en sus instructivos para la tortura indicaba que si algo fuera por la palabra de Dios, aunque todo lo demás lo negara, sería cierto. En el sistema inquisitorial no hay búsqueda de la verdad, pues cree algo que ni la ciencia se ha atrevido a pensar, que tiene la verdad. En el sistema que vemos en la película sí hay búsqueda de la verdad. Por eso es tan importante la exposición de las diferentes verdades porque sólo de todas ellas puede fluir la verdad de los hechos.

En Razhomon se ven aproximaciones a la verdad, aunque en momentos cada nuevo dato parezca alejarse de la que teníamos como verdad, si nos permite acercarnos a la verdad independientemente de que la tengamos o no. Sí, paradójicamente, cada alejamiento que parecemos tener de la verdad, en realidad nos está acercando, pues de lo que nos alejamos es de una idea menos verdadera de la que teníamos, no de la verdad.

Un sistema oral de justicia por la verdad

Lo que vemos es un sistema de justicia oral. Se dice que el sistema inquisitorial en México se da porque una clase hegemónica en ascenso busca consolidarse con gran poder, a tal grado que pueda manipular la verdad. Independientemente de que esto sea o no, el sistema inquisitorial presume de encontrar la verdad histórica, es decir, la verdad absoluta, pero cuando entra un sistema acusatorio confrontatorio como el que muestra la película, la verdad se vuelve un ente tan relativo que solo se puede referir a él en términos relativos. Así surge la verdad procesal. El sistema inquisitorial que en efecto, es herencia de la santa inquisición que de santa no tuvo nada, no da voz al inculpado, y no tiene que darla desde el momento que el ofendido no es una víctima sino el estado, o la iglesia, dios, etc. Cuando el inculpado es la víctima, la misma víctima cobra voz y cada aspecto tiene posibilidades de ser confrontado con las otras visiones de los participantes. La inquisición y su corrupto sistema es la que hace las preguntas pues representa al supuesto ofendido (Dios) cuya existencia ni siquiera se molesta en comprobar. Al no importar la víctima como ofendido, el resarcimiento de daños no será en favor de la víctima sino del ofendido, que como no tiene exitencia probada aunque si probable, se cobrara el resarcimiento en su nombre. Es por ello que la Santa Inquisición hizo riqueza, una especie de lo que Marx llamaría acumulación originaria. Arrebató mediante los trucos más bajos, sus pertenencias a otros. Embargó y robo a manos llenas. Cuando vio su poder disminuido, nadie la obligó a devolver nada y la iglesia corrupta aún cuenta el dinero mientras sufrimos sistemas procesales que nos heredó para su enriquecimiento.

Para un análisis consistente sobre la verdad en los juicios orales: http://www.juiciooraloaxaca.gob.mx/Publicaciones/55revistajussemperloquitur/DIFERENCIA%20SUSTANCIAL%20ENTRE%20VERDAD%20HISTORICA%20Y%20VERDAD%20PROCESAL.pdf

El testimonio como medio de prueba

Para la inquisición, el testimonio es una prueba sólo si acumula datos en contra del procesado, pero el testimonio del inculpado no sirve. En Rashomon, el testimonio también es el principal medio de prueba, sobre todo el del inculpado. Eo existe invistegicación de indicio, toda la responsabilidad está sobre las palabras, palabra cierta debe embonar.

Curiosamente en el sistema inquisitivo, es el juez quien investiga, de hecho el juez tiene su propia policía, rompiendo con esto un principio fundamental, no se puede ser juez y parte. El juez no es policía. En nuestro sistema, el juez tiene su propia policía, rompiendo con toda lógica de justicia. Como la Iglesia que como juez, tenía su policía que era la inquisición. En Rashomon, el juez no está investigando, el juez está escuchando por que la verdad es múltiple y debe escuchar todas. El ofendido no es Dios, no es el estado, es la víctima, pero no hay una víctima sino varias. Una de muerte, otra de violación, pero es el mismo proceso. La historia original se refiere al periodo Heian (pas y tranquilidad) y no sorprende que exista un tipo de historia confrontativa.

Versiones modernas

Evidentemente un concepto tan original, no podría estar exento de pasar a ser musa de otros creadores. Niquelodeon tiene su propia versión para niños de esta fascinante película: Buza la caperuza. Su falta de éxito hasta el grado de ser prácticamente desconocida por la comunidad infantil se debe quizá a que tiene ese pequeño problema, que para verla hay que pensar. No es lo mismo para los papás de un niño ver Toy Story que no demanda del espectador nada más que tener una hora y media que perder y una bolsa con palomitas. Inferior desde el punto de vista tecnológico, Buza la caperuza no solamente es superior a sus competidores somníferos de Disney, pero tiene un argumento cuyo valor sobrepasa a todo el cumulo de las cintas de Pixar.

En Buza la Caperuza, incluso se dan cercanía a los personajes, podríamos ver al leñador, en el violador al Lobo, en la Abuelita al Samurai, etc. Los motivos del delito son otros, pero la forma de contar la historia es básicamente la misma.

Soba de Alan Coton


Los detalles documentales


Entre la fantasía, cine de denuncia, documental y drama, transcurre Soba, que quizá por su origen independiente (al menos del gobierno) tiene que ahorrar en recursos. Aquí es donde se ve el valor de un guionista de planta que quizá fue lo primero en lo que se ahorro, considerando que un director puede hacer las veces de guinista. Pues con esto se les fueron algunos aspectos de documentación sobre el sistema penal en Méjico, si bien pudieron manejar el desarrollo “en algún lugar del planeta tierra”, en cuyo caso no existirían esos problemas, se fueron por una versión más “denuncista” que convirtió parte de la trama en imprecisiones , por ejemplo al policía que castigarán con un descenso laboral de una corporación policiaca a otra por haber matado a un torturado, alguien le podrá decir que no se apure, pues laboralmente es imposible que si trabaja como ministerial del presupuesto del poder judicial no lo podrán descender a policía de seguridad pública que depende del ejecutivo local. Es como si a un empleado de Telcel lo castigaran mandándolo a Iusacel. Eso se lo podrían decir sus abogados laborales. Esa misma mescolanza que hace la cinta en lo que a burocracias se refiere, se traslada al campo de los defectos de cada corporación. Confunde los defectos de una con los de otra. Eso no pasará en las virtudes por la sencilla razón de que las virtudes no existen. Por ejemplo, la policía que ha tenido denuncias por tortura o violaciones múltiples no es la preventiva si no la policía ministerial o incluso la de seguridad pública. Si ha habido violaciones de policías preventivos a mujeres, pero hasta las noticias a mi alcance, nunca han sido múltiples ni en funciones. Resulta muy ilógico que los policías preventivos cometan ese tipo de actos, primero porque tienen una esfera de acción muy limitada que no ha permitido, afortunadamente que su corrupción tome matices tan violentos. La falta de acceso al poder sobre “targets” económicos, los aisla en alguna medida del mercado de la corrupción directa. La realidad puede ser peor, pero no es exactamente como la presenta la película. Al igual, tiene varios detalles donde observamos que faltó que pasaran los guiones por un filtro asesor. Detalles muy pequeños que no desmerecen la cinta pero que sí impiden que sea vista como cine de denuncia. Otro es el caso del “pareja” que se baja en cualquier lugar ya para irse a su casa “aprovechando que están cerca”, como si no tuvieran que llegar los policías al cuartel antes de irse a su casa. Encima de todo, otro asunto que llama la atención es la nula presencia de pruebas. En un caso como este, se debieron haber sacado pruebas ginecológicas para determinar el origen de la violación. La familia del torturado asesinado, sin ningún problema podría demostrar el origen de esa muerte y acreditar tortura.

La historia

Un policía torturador mata durante la sesión de tortura a un interrogado por lo que su jefe lo descienden de puesto en la forma que habíamos comentado.

Una adolescente vive ahora con su padrastro a quien constantemente busca seducir como parte de su búsqueda sexual, el padrastro opone resistencia en repetidas veces, pero en una ocasión es castigada en la secundaria por haberse mojado y enviada temprano a casa. La madre tiene ese mismo día una reunión con sus amigas hipócritas y chismosas. El padrastro es un desempleado crónico que está en la planta de arriba viendo tv. La niña se baña y seca sin ningún recato ante su padrastro como parte de su seducción fatal. Esta vez el padrastro no se puede resistir, pero la madre sube por algunas cosas, mientras las “amigas” se dedican a hablar más de ella, entendemos que arriba, encuentra el peor cuadro de su esposo con su hija. Baja de nuevo pero para tomar un cuchillo y subir de nuevo a hacerse justicia por puñal propio. La mujer mata a su marido y la hija escapa, la madre la persigue enloquecida con el cuchillo en mano y un policía la detiene de un balazo (lo cual normalmente tampoco ocurre en Méjico).

Eso le da oportunidad a la chica a huir de la muerte y deambula por la calle siendo confundida por prostituta unos policías preventivos la llevan a su “cuartel” y la violan repetidamente.

El policía torturador del principio ahora es policía de protección (cuestión fuera de la realidad como habíamos dicho) y ahora es copiloto en una patrulla. El jefe que lo ha descendido le encarga que encuentre a la chica para que puedan saber como ocurrieron las cosas o que declare. Esta parte no constituye un argumento suficiente para que alguien vaya a buscar a la chica, pues en la realidad hubiera sido no estrictamente necesaria la chica. Las huellas de la madre estarían en el cuchillo, así que al esposo no habría sido matado por la chica. Si alguno hubiera sobrevivido, sería necesario el testimonio de la chica para que la madre argumentara locura momentánea, pero de otro modo parece menos relevante de la importancia que le dan en la cinta.

El policía que ha sido descendido la encuentra en la “comandancia” de los preventivos y descubre que ha sido violada. Para no quemar la historia, vale la pena decir solamente que el policía ascendido tendrá que asumir parte de la culpa.

El valor de la cinta

Es una historia bien construida y que vale la pena ver, aun con los problemas de guion que hemos apuntado, por otro lado, el simple hecho de ser autoproducida le da valor doble en todo, prefiero ver una película con algunos problemas pero que no cuente las historias como quiere una institución que se cuenten, a una sin falta de recursos pero muy adaptada a los cánones.

La cinta se atreve a algo que casi nadie lo hace por ser políticamente incorrecto, asomarse a las entrañas de la persona abusada. Y no darla por inocente a toda costa. Casi todas las historias se asoman a las entrañas del abusador, el malo, pero en muchas ocasiones, en la realidad, parte del problema es la persona abusada. Así, se llega al mito fácil de que casi todos (hay hasta erstadísticas exactas) los abusados, devienen en abusadores. Sin embargo, la historia que muestra la cinta, es de un caso de abuso consentido, es decir, más bien sería estupro. Si bien está clarísima la culpabilidad del padrastro, eso no exime de culpa a la niña. En la película es la chica la que constantemente se está ofreciendo y acosando al padrastro. El padrastro no debe tener ojos para ella, y legalmente resulta el culpable por el marcaje de edades, pero la chica es la acosadora en esta historia. ¿No cabría preguntarse si algunos de los casos en los que el abusado deviene en abusador no son porque en sí el abusado es un acosador y es su estructura y destino? Es decir, creeríamos una segunda parte de esta historia, donde esta chica fuera abusadora. Cualquier ONG diría que el motivo es que fue abusada, sin embargo, el motivo habría sido porque siempre fue abusadora. Coincidiría en que ella fue acosadora de su padrastro.

Otro asunto en que esta cinta nos lleva a reflexionar es en el papel tan natural que juega la tortura en nuestro sistema jurídico. Esto no es extraño si sabemos que el sistema judicial mejicano proviene directamente de la inquisición española y de la iglesia católica, donde el acusado no debe saber de que se le acusa y así da más información. La tortura institucionalizada y como engranaje del sistema jurídico es común de las mentes psicópatas que bien pueden resolver las tramas como propone la cinta.

Donde se unen las dos historias, la de el torturador y la violada, es en una especie de síndrome de Estocolmo. La chica se enamora de uno igual a quien la violó. Pero ella siempre había buscado ser violada por el padrastro. El padrastro era un sustituto de un padre que a decir por los chismes de las amigas hipócritas de la madre, era un mal padre. Aquí el policía salvador es sustituto de policías violadores. De esta forma se tejen dos historias en una y dos puntos de vista en uno, sin complejos morales y mostrando la situación tal cual. Creo que ese es el valor de esta buena película.

viernes, 11 de marzo de 2011

Una cárcel para Gol Gotai (Los niños del fin del mundo)



Perros de la calle

En el proceso arbitrario que convierte la película Stray Dogs en Los niños del fin del mundo el espectador incauto creerá que esta novela visual trata de lo que queda del mundo árabe o al menos afgano, cuando en realidad trata de lo que queda del mundo y su infancia. No son los niños del fin del mundo, son los niños de este mundo que vivimos diario. No están lejos. Niños de la calle convertidos en perros de la calle. Igualmente maltratados, y cuando ganan un hogar (como se verá en la película tanto como los niños trabajadores como con los perros de pelea) es porque alguien ha encontrado como ponerlos a pelear y obtener alguien beneficios. Es una historia de lo que queda del mundo, de los sistemas económicos y de los ideales. Lo que queda de las instituciones. Narra impecablemente como al ser humano le salen las cosas exactamente al revés. La visión aguda pero serena de la directora iraní (Marzieh Meshkini) y de su esposo productor, permite compartir al mismo tiempo, con microscopio y con telescopio la génesis de un infimo delito (un robo) que será castigado con todo el peso de la ley que sí, es pesada, pero solo cuando hay "gravedad". La cárcel como lugar de castigo acaba siendo una especie de paraiso donde se puede comer, dormir y ver a los padres. Y como todo paraíso solo es promesa por cumplir.


El infierno

"¿Sabes lo que es el infierno?" -le pregunta la despeinada y encantadora niña Gol Gothai a su perrita- "es el lugar donde los angeles te echan fuego". Le responde haciendo referencia a la primera escena donde ella y su hermano salvaban al animal atrapado en una cueva con salida en el techo, desde donde decenas de niños le lanzaban antorchas para matarla porque era de un norteamericano. Replicando la crueldad que reciben con el siguiente ser que en indefensión seguiría en la cadena alimenticia, el perro. Con ayuda de su hermano la lograron sacar y salvar para hacerla su mascota y compañera que los acompañaría hasta el fin del film y al fin del mundo.

Ambos hermanos, gracias a la bondad de uno de los guardias de la cárcel que recluye a su madre, duermen en la carcel con su madre, presa por bigamia desde que regresó su esposo a quien ella consideraba muerto luego de cinco años de ausencia. En esas condiciones tomó un nuevo esposo y el antiguo la mandó encarcelar y para que ella salga requiere de su perdón, pero el mismo fue encarcelado por otros motivos. Parace un mundo donde todos acaban en la prisión. Como si el destino humano fueran las rejas. "Dile a tu padre que no me pegaba mucho, me casé porque ustedes tenían hambre, dícelo, dile que el otro me pegaba más, dile que me perdone. ¿O quiere que me maten?". Repite la madre una y otra vez. Su condición femenina la hace culpable automáticamente, una observación sin concesiones al fundamentalismo, pero sin adulación al occidente.


Presos nocturnos

Los niños van de una cárcel a otra visitando a su madre o a su padre. Su ingenio infantil define la situación como "somos presos nocturnos". Un día el guardia no los deja entrar y tienen un atercado con él. Los niños deambulan por la calle y evalúan otras opciones de alojamiento. El capitalismo da opciones para todos. Un niño alquila una especie de puestos playeros en la noche contra el frío. Pero no quiere que la niña esté ahí pues "es muy peligroso, ayer se llevaron a una". Así que solo están una noche. Les dice que roben para que puedan ir a la cárcel con su madre. Son muy malos ladrones, roban una cabeza de vaca y sólo logran que se la coman perros salvajes que en unas escenas de singular ecuánime violencia, son puestos a pelear por sus amos. Sin recato los niños son golpeados con varas como si fueran perros para no molestar. Reciben el consejo de ir al cine donde se exhibe una película donde aprenderán a robar. Es Ladrón de bicicletas de De Sica, a donde dejan entrar al perro sin pagar pues "los perros tienen derecho a ver películas de arte". En ese momento, "Los niños del fin del mundo" se convierte en un máximo tributo a una de las mayores pelícuals de la historia, tributo que no desmerece a ninguna de las dos ni a tributador ni a tributante. Esta película está a la altura de serlo y la otra de recibirlo.


El mismo tema pero visto desde el lado opuesto del mundo, desde otro momento, desde la religión opuesta, la moral opuesta, pero la esencia de mantiene, el robo como necesidad de sustento y como paradoja en la que encierra a las víctimas de una economía poco humana como salida natural en la escala más elemental de valores. También surge el balance de fuerzas, ¿que puede aventar a alguien no dispuesto al infierno si no el propio amor? Poco jugo le sacarían los criminólogos a esta cinta si con ella quisieran intentar explicar el robo bajo sus teorías sociogénicas, genéticas o psigénicas. Aquí el delito no tiene causas sociales, ni sicológicas, ni siquiera alimentarias. Lo causa una especie de contradicción entre la razón y la locura. ¿Teoría estatocasticogénica? El delito como azar. La carcel como solución empeoradora de la orfandad pero también la cárcel como orfanato, como comedor, como caridad, como "peor sería el frío". Los niños deben ir a la cárcel, pero "la cárcel no es orfanato" según el agudo diagnóstico de su director cuyos razonamientos no deben ser distintos a los de un director real. La cárcel para estos niños no sólo es la oportunidad de comer, si no de ver a su madre, encerrada por un trama que igual puede encontrar en Kabul o en cualquier otra parte del mundo. En México Distrito Federal por ejemplo, donde la modernización de las cárceles se demuestra con su cambio de nombre. Así que si quieren ir a la cárcel, tendrán que robar. La clave de la bicicleta desicaniana hace que el niño vaya a la cárcel. Pero... hay muchas cárceles.

Mientras Gol Gothai irá de nuevo a buscar a su madre con el mejor, o mejor dicho, con el único amigo del hombre.


mBrotan uchas semejanzas con Ladrón de Bicicletas, no sólo en la trama sino en la producción. Niños que se representan a si mismos. Actores no profesionales. Interés en los problemas de hoy, que curiosamente siguen siendo los mismos que ayer, y que con esa permanencia se demuestran varias posiciones.


Un retrato

Es la historia del maltrato que comienza cuando se lanza a la calle a los niños a ganarse la vida. En el mundo trabajan de 150 a 200 millones de niños. El mundo de los grises donde se pierde la noción de lo absurdo, puede permitir eso y muchas cosas con todos sus matices. El mundo de no existe el bien ni el mal, le arrebata los derechos a los niños para ser letra muerta. Mientras las organizaciones internacinoales se esfuerzan en redactar cada vez mejor y hacer cada vez mejores "calendarios de la UNICEF" con mejores colores, los niños siguen siendo puestos en las calles para trabajar a veces por sus padres, a veces por el mismo sistema. Muchos entrarán a las filas de la delincuencia por una situación simplemente animal, necesito a mi madre, necesito comer, necesito jugar. La película no es una crítica al mundo árabe como se puede llegar a pensar, es un retrato del ser humano. Simplemente "El infierno es el lugar donde los ángeles te tiran fuego".


lunes, 7 de marzo de 2011

Tzameti-13


Un trece de buena suerte

El 13 (que en Georgiano se dice Tzameti) es de mala suerte según la tradición. Muchas películas con el nombre 13 ha habido y han tenido mala suerte, la mayoría han sido bodrios. A esta le pasó al revés, aún como primer largo metraje de Gela Babluani, tuvo suerte total, quizá de principiante, como su protagonista. Una película llena de lujos, se da el lujo de tener a 50 Cent y a Mickey Rurcke en papeles secundarios. Se da el lujo de usar el blanco y negro ganando un toque clásico que combinado con una anécdota moderna nos da una sensación casi adictiva. Cada segundo de la película está justificado en una impecable narración y sin ningún "bug" técnico referente a la criminalística.

Migrante con su suerte
Un joven migrante de Georigia (Vince) que trabaja en Francia con empleos esporádicos es contratado por un hombre extraño apurado económicamente para arreglar el tejado de la casa en que vive con su esposa. La familia del chico también tiene problemas económicos y su hermano le ha prestado dinero mientras cobra el trabajo actual. El techo tiene algunos hoyos que le permiten escuchar al joven entre otras conversaciones una relacionada a una fortuna que cobrará el extraño hombre quién es vigilado por un detective que toma fotografías de la casa y vigila de cerca los movimientos en ella. La simple intriga que generan los primeros 30 minutos sobre que es lo que está en juego, ya justificaría la película.

Pero comienza la acción. El hombre contratante antes de pasar al baño a drogarse deja cerca de la ventana algunos papeles y un boleto que le ha llegado para hacer el viaje que le dará la fortuna. Al rato muere de una sobredosis y los papeles y el boleto acaban por todos lados por un ventarrón. La hermana venderá la casa por lo que la esposa debe abandonarla y le dice al obrero que no le puede pagar pues ya no es asunto de ella el inmueble. Así, el joven, en un cobro "a lo chino" toma el boleto y hace el viaje haciéndose pasar por el hombre del negocio.

Hasta ahí el misterio. Luego viene el la acción. La policía comienza a perseguir al joven pero gracias a toda una logística ajena es burlada la investigación. Llega a una casa con mucha gente donde causa cierta incomodidad que él no sea la persona no sea la esperada pero es tolerado como sustituto bajo la advertencia que ya no puede retirarse del negocio.

El negocio resulta ser una apuesta basada en una ruleta rusa de 13 personas por tandas. Formados en círculo el primer participante le apunta al segundo, el segundo al tercero y así sucesivamente en un derrame de adrenalina que solo es curado con dosis de morfina. Al encenderse una lámpara los participantes deben disparar. Los sobrevivientes pasan a la segunda tanda y así hasta que quedan cuatro que son sorteados para quedar en dos. En cada ronda corren las apuestas multimillonarias. Como el chico es principiante gana la gracia de uno de los apostadores. Vince sobre vive a todas las etapas resultando ganador y cobrando su fortuna. Huye del lugar y en el camino observa las placas CV1313 del apostador que creyó en él. Inteligentemente envía por correo a su hermano el dinero sobradísimo con respecto a su deuda y compra su regreso por tren. La policía que ahora sabemos, anda muy cerca de los apostadores ilegales, lo intercepta en la estación pero él ya no tiene el dinero y sale avante con los interrogatorios. Este principiante se sube al tren donde volverá a probar su suerte pero pase lo que pase quedara intacta la suerte del cinesta también primerizo que realiza una impecable película.

La suerte de la policía
Una historia que habla de la buena y mala suerte, y como una u otra pueden convertirse en su contrario. Participantes cuya desesperación no les alcanza a comprender que sus probabilidades de morir son altísimas en esta elección del azar que proviene tanto del problema económico como de la ludopatía, en este caso extrema. La adicción a las drogas va de la mano a la adicción al juego y quien juega necesita cada vez más aunque eso implique el comercio de vidas. El crimen en cadena detona crímenes cada vez más graves. Si esto se llevara al extremo quizá llegaría a la historia una red de secuestros cuando los voluntarios se hubiesen agotado. Nos muestra una policía más bien tontita carente de tecnología de rastreo y de logística muy inferior que la de los criminales. Técnicas de interrogatorio de tortura inversa, pues quien tortura es el interrogado al policía que no logra extraerle ni una sola palabra de ayuda. Es decir, una policía muy realista, nada heróica que no solo permite sino que promueve el cultivo de crímenes perfectos a la luz del día.

domingo, 6 de marzo de 2011

Presunto culpable de inocencia (Presunto Culpable)


PRESUNTO CULPABLE DE INOCENCIA

Culpable de inocencia

Presunto Culpable es un excelente documental en todo: foto, guión, producción, y hasta sonido, cosa rara en las películas meidin Mexico, cuyo audio por no llamarle ruido, nos recuerda un guokitoki ruso en pleno ataque nazi. Añadiríamos que está bien documentado, pero un halago sobre ese deber resultaría grotesco. Igual goza de buena actuación, aunque en sí, esto sea más bien un reclamo, ya que de un documental se espera que no tenga actuación, y en algunas partes hay que decirlo, pareciera que no faltó la representación histriónica.


Además de lo obligatorio tiene otros atributos: un hilo narrativo, cierta tensión dramática, que tampoco puede llegar a ser mucha en una crónica. No se sale del tema hablando del sufrimiento de los mejicanos y mejicanas ni su origen en la conquista o rencillas del narcotráfico, todo lo cual se agradece de sobremanera. Sólo habla de la injusticia causada por la corrupción y la burocracia jurídica. para un caso específico, lo que a ellos les consta. Así vemos método más bien antropológico con el caso de Antonio Zúñiga (Toño), un inocente acusado de homicidio y nos aclara mediante capsulas informativas a lo largo de la película, para combatir nuestra ignorancia, que su asunto es similar al de otros miles o quizá a todos en cierta forma. En resumen, se parece mucho más a un documental de Michael Moore que a un culto y somnífero reportaje de TVUnam o del Canal 11 o a un deplorable programa amarillo de Televisa.

La crítica siempre de garra severa, hizo tregua con esta película, quizá lo consideran pecado porque hacerlo los llevaría a ser considerados poco solidarios ¿O en realidad el film es perfecto? No lo creo. La película muestra el magnífico trabajo de los abogados (y abogadas) y sintetiza la inocencia del culpable, pero a la vez muestra que ella, la cinta, también es inocente, muy inocente. Por que nos orienta a pensar mediante algunas insinuaciones que un cambio en el sistema de principios jurídicos cambiará la situación legal y judicial del país. “¿Por qué no hacen bien las leyes?” dice casi al final de la cinta la madre del inculpado. Pero con estas y otras leyes el resultado será el mismo en un país que no funciona con leyes sino independientemente de ellas. En México el congreso está presto hasta para mejorar las leyes de la gravedad, pero las cosas seguirán cayendo ¿O no hay leyes vs el narco? E incluso leyes hasta para los detalles simples. Leyes anti violencia, anti ignorancia. Hasta antinaquez, como una nueva ley del DF que prohíbe la ancestral costumbre llamada ley del monte que extrapolada a la ciudad significa poner obstáculos en la vía pública para apartar lugares de estacionamiento. Hay una ley antigordos, y nos invade la duda de porqué en Inglaterra si funciona y en Méjico no.

En occidente, hay básicamente dos orígenes de sistemas legales. El romano que lleva al sistema inquisitorial y el sajón que lleva al sistema acusatorio. El primero como su nombre podría sugerir, está diseñado para fabricar culpables (criminales) que osan ofender estado. El segundo busca descubrir la verdad histórica de un hecho en el que una víctima resulta ofendida. Por ello, el primero usa el lenguaje más simple de falsificar, el escrito y el segundo el hablado. Algunos síntomas del sistema jurídico nacional ya han comenzado a cambiar con el implemento de los primeros juicios orales en Chihuahua y las cosas siguen igual. En el 2010 se duplicó el número de asesinatos chihuahueños con respecto al 2009. Como el caso de Marisela Escobedo cuya juez encargada, y por las tardes al parecer empleada de los Zetas, de la manera más cínica dejó libre al culpable confeso del asesinato de su hija. ¿Qué sistema judicial resiste el hecho de que los jueces sean empleados de la misma delincuencia? Es más, ¿Qué sistema resiste el hecho que los jueces sean delincuentes como el Juez Rafael Boudib o el juez de Toño?

Es la inocencia en que navega la película que debió haberse estrenado el 28 de diciembre, o por su ayuda internacional el 1ero de abril , pasemos a demostrar su culpabilidad de inocencia.

Di que soy feo pero no digas como soy o peínate que vamos al cine

Presunto Culpable no nos habla de hechos desconocidos para todos, su importancia radica en que documenta a tal nivel un caso que descubrimos no que, si no como hacen trampa los jueces. Todo bien, pero ¿Por qué nos muestra una rebanada de la corrupción si nos pudiera mostrar el pastel completo? ¿Por qué demonios no nos muestra con fuerza, el dolor, frustración y estragos económicos causados por la “justicia”? Lo podría hacer pero no lo hace, quizá por el mismo temple del protagonista, pero reconociendo la inteligencia y habilidad de los creadores, quizá sea porque no es su intención.

A quienes de algún modo más o menos sabemos como son en realidad las cárceles, incluyendo a cualquier ex inquilino del reclusorio oriente, nos queda una sensación de que algo falta.

Es cierto que aquí se aplica el viejo principio supuestamente cuántico de que la observación modifica al objeto observado. El caso de Toño, evidentemente es modificado al observarlo. De jodida el juez del vestido de jarripoter mandará limpiar la sala y las jaulas al saber que serán filmadas, se peinará y ese día quizá no robe tanto a tal grado de facilitar el ansiado (al menos por Cinepolis) final feliz.

La observación cuántica se acrecentó pues muchas instituciones se interesaron en la producción, no sólo ONGs sino el mismo poder ejecutivo aunque al judicial no le haya gustado tanto. El entusiasmo fue tal que distintas autoridades fueron a la presentación y distintas oficinas proporcionaron recursos. El gobierno del D.F., esencialmente corrupto y a quien le importa un pito si hay mil o 10 mil inocentes encerrados, se hizo pasar por bueno facilitando permisos a la producción. Tanta colaboración podrá ser legítima, pero resulta extraña. Distintos gobiernos, incluido el de ultraderecha moderada de Ebrard, está poniendo en venta las cárceles a la iniciativa privada, en particular hay buenos postores ingleses. Esto empeoraría el funcionamiento. ¿O ahora, las grúas privadas de Ebrard son más honradas que antes? Mientras promueve aberraciones da aplausos y dinero a una cinta que lo cuestiona severamente. Al menos debería quedarle el saco, pero no piensa que sea una alusión a él. Si fuéramos un país más civilizado, habría habido varias renuncias después del estreno del film. Al menos del judicial corrupto y del juez de la capa de jarripoter. Ya de jodida, a la "Posporquesmichamba", la hubieran mandado a un curso de computación, uno de redacción y uno de buenos modales.

Quizá una probable explicación de la paradoja de la bienymal recibida película está en que la facilitación gubernamental de la cinta haya sido negociada (aun en un proceso no tangible) a cambio de no mostrar la cárcel crudamente, de una forma aceptablemente indecorosa. Aún con lo deprimentes que resulten las escenas carcelarias que nos presenta el documental, solo muestran lo mejor de ellas. La "suite" donde se encuentra la cama del protagonista que según sus propias palabras es "una tumba" aún con lo terrible y horrosa que es, no tiene que ver en absoluto con las condiciones que "descansa" la mayoría de los internos, algunos de los cuales a la hora de dormir se amarran el dorso a los barrotes porque no hay espacio para dormir en el suelo, tener suelo es un privilegio y cuesta, así duermen miles de internos, sobre todo los inocentes. Al parecer el presunto culpable, gracias a la observación que modificó al objeto y a su defensa ascendió en la prisión a una posición "privilegiada" y le tocaron celda, cobijas, ropa y un pedazo de piso frío para dormir. ¿Podemos imaginar como son los casos no observados?

Aunque la película no lo diga, los internos pagan renta tres veces al día (de 1 a 10 pesos) a los corruptos carceleros que dan su parte al director y así sucesivamente hasta altas autoridades. No tienen tampoco comida, ropa, agua, celda, y en realidad nada. Los carceleros inventan juegos como el de la motocicleta, con los que golpean y humillan a los presos que se bañan con agua fría deteriorando paulatinamente su salud. El documental no menciona estas cosas y cuándo denuncia algo lo hace con mucho tacto como si le estuviera reclamando a una novia. “¿Te tocaron?”, recuerda la esposa de Antonio que le dijo una de las celadoras ante la revisión, porque “no todas son iguales”. El “te tocaron” como eufemismo de “te violaron” no parece ser la expresión más exacta en un cine de denuncia. Esto hace que venga al espectador un asalto de dudas en cascada. ¿Por qué el film respeta al sistema carcelario? Un extranjero pensaría que nuestras cárceles son exóticamente normales ¿No es un doble juego de te cuento que robo para que veas que no miento y me creas que no mato? Evidentemente el juego perverso no lo hacen los creadores sino las autoridades usando el film para su beneficio del mismo modo que usan las leyes, pero la película es inocente al caer en el juego ¿Por qué Presunto Culpable no muestra ni de reojo las prácticas de fagina, el rancho, el cantón y todas las atrocidades que el gobierno torturador comete diariamente?

Quizá no interesa al film lo anterior porque no es un documental contra el sistema carcelario, sino contra el sistema judicial inquisitivo. Por distintas insinuaciones parece que nos desea mostrar los beneficios del sistema restaurativo que no es exactamente ni proveniente del sistema romano ni del sajón. Porque piensa inocentemente que cambiando el sistema jurídico cambiará el carcelario. Y por eso acepta mostrar una parte a cambio de ocultar otra. Quizá por eso puede pasar equipo de filmación a la sala y a la cárcel.

Es una situación que ni siquiera es reprochable y evidentemente se debe de implantar el sistema restaurativo y oral, pero hay que ir dejando claras las cosas en lo que sí nos interesa. ¿No está hecho el sistema acusatorio para alimentar de clientes al sistema carcelario? Entonces, ¿que pasa si cambia el sistema acusatorio pero no el carcelario? ¿Habrá demanda pero no oferta? ¿O ocurrirá entonces que con menos presos tengan que obtener las autoridades las mismas ganancias? Sí, hay que repetirlo: las instituciones ganan cuando el documental no muestra la cruenta realidad de las prisiones y de la privación de la libertad como práctica inquisitoria y salvajemente torturadora.

El espectador queda con la idea de "ay que fea es la cárcel" siendo que podría no ahorrar en adjetivos. La “fiscal” que aparece en la cinta resume todo esto muy bien cuando el joven acusado le pregunta porque acusa de esa manera sin tener certeza de lo que hace, “pos porque es mi chamba” contesta la inútil graduada de leyes que en unos años será parte del novedoso sistema oral.

El brake del conejo

Comenzamos a conocer a Toño desde el principio. La primera escena nos lo dice: excelente bailarín de brake. Talentoso y carismático. Momentos después sabemos que por si fuera poco escribe canciones de rap -buenas para mi gusto, que soy amante del rap-, en una de las cuales su historia le resultó profética. Los raperos tienen ese toque extrasensorial que los hace candidatos ideales a culpables. Hace reflexiones profundas que a veces son comunes entre cierta clase de presos. Más adelante sabremos que además de estas dotes se ganaba la vida como ambulante y una imagen de su puesto nos deja entrever que su ramo no es el alimentario ni del vestido sino de la piratería. Es decir, Toño –podemos intuir- se dedica a una de las actividades ilícitas en las que Méjico es ocupa el primer lugar, vende discos piratas con toda naturalidad y a la luz del día por lo que resultaría lógico que participara en la corrupción con su semanal cuota a la “otoridá correspondiente”. Toño que es inocente de asesinato, quizá sea culpable de piratería. Y esto aunque sea de mal gusto, hay que decirlo, también hay inocentes de piratería que están en la cárcel. Se trata de una justa permuta. El sistema en el que vive y alimenta Toño como todos nosotros demanda que Toño esté en la cárcel. De hecho, al sistema le beneficia que quienes estén en la cárcel sean inocentes, por muchos motivos, son más fáciles de manipular estadísticamente, son más dóciles y tienen sustancialmente menos dinero. Desde aquí vemos al sistema judicial como una rama del teatro pero mal intencionado, dispuesto a arrebatar vidas. No es que nadie sea inocente hasta que se le demuestre lo contrario, es que sencillamente nadie es inocente.

Pocas veces lo podemos ver tan claro que hay un gran absurdo, un vacío en estas historias de injusticia, y aunque no lo recalca, el documental nos ayuda a apreciarlo. Toño es una buena persona, es compositor y bailarín. En cierta forma es músico, acróbata y atleta. Su rap, seguramente le ayuda a sobrellevar la terrible pena de vivir en prisión en forma entera y valiente y de forma relativamente sana. No a todos les pasa igual, muchos acaban deprimidos a los tres meses, otros mueren de pulmonía por el agua fría con que son obligados a bañarse en las mañanas, aún teniendo en mano diagnóstico médico de debilidad pulmonar. Pero el tiene un perfil de fortaleza, física y moral y tener la suerte de ser defendido por personas honestas e inteligentes con bastos recursos. El punto es que Toño es alguien que debería ser provechoso, es la fuerza productiva que no usamos como nación, un artista en potencia al que le toca en vez de ser entrenador, deportista o artista vender discos piratas estorbando en las banquetas o cumplir una condena que no le corresponde para alimentar el negocio carcelario. Si su circunstancia fuera otra, quizá estaría grabando discos, pero no en el sentido pirata, sino como lo hace Eminem. Si hubiera nacido en otro país, donde pagar impuestos no es una amenaza confiscatoria, la educación un privilegio inalcanzable, y el abuso no está a la orden del día, quizá Toño viviera de lo que sabe hacer muy bien, bailar y componer. Pero sólo nos quedan la economía de becas, el sonambulismo económico del comercio informal o manejar una grúa de Ebrard que con el narco, son las únicas formas que la gente tiene para esquivar el sistema fiscal confiscatorio.

A Toño como a muchos otros inocentes les toca bailar el rap del conejo.

En este lugar queremos un conejo

Asi que te haremos orejas y pezuñas

Acepta la culpa no seas pendejo

Mejor las rejas a limón en las uñas

Como dice Foucault, el estado no acompaña al preso hasta su celda. Lo deja perdido en un sistema judicial corrupto. En la película un policía anónimo parece ser la voz de Dios “a veces hay que exagerar las cosas para que esta gente no esté en la sociedad”. Policías son Dios. Dios es el Estado. Jueces son Criminales. Y hasta policías son ahora criminalistas. En este sentido la marca de culpabilidad viene desde la toma de pruebas. No lo dice el documental, pero la más reciente ley penal del distrito federal, ya autoriza al policía judicial a ser también criminalista, a levantar pruebas, aplicar Harris, parafinas y lo que se le antoje, al fin que acabó la secundaria y llevó física y química y de taller carpintería. Esto no es para ahorrar sino para que el culpable venga prefabricado desde el principio y sin rebabas que pudieran presumir su inocencia. “Pos es mi chamba”. Su trabajo no es hacer justicia, es culpar.

Más que pruebas el sistema muestra escenarios. Por eso es indispensable inventarle un apodo. “Alias El Toño”, “El Largo”. Porque si demuestran que tiene apodo, demuestran que es delincuente.

Hechos que en casi cualquier sistema juridico tirarían el juicio aquí pasan como si nada. El testigo puede distinguir una 22 pero nadie le pregunta como es que conoce tanto de armas, ¿estudió en el ejercito?. Los policías son olvidadizos por su gran carga de trabajo. Da lo mismo que prueba de polvora le hicieron, si fue de parafina como en este caso o fue de Harris. Uno de los involucrados fumaba, al menos mariguana, pues se supone que iba a recibir dicho producto. Por ese simple hecho, la prueba resultaría inadecuada. Pero esos son detalles que a la justicia mejicana no interesan. "El 95% de las pruebas no son físicas", lo dice el film en una de sus cápsulas.

Del hilo negro al agua tibia

Los creadores dicen haber descubierto que el juez no participa en los juicios en México. Realmente eso ya se sabía. De hecho es peor, ni siquiera el ministerio público se aparece en los juicios y sólo está uno de sus llamados secretarios que aparecen como fiscales sin serlo. En el documental este papel lo lleva Marisela Miranda Galván alias la “Posporqueesmichamba" que también tiene oportunidad de mostrar su actualización tecnológica con la frase “¿está en el ‘diské’?” y uno se pregunta “¿Aun existen los ‘diskes’?” Y el responsable de compras respondería “Claro que existen, y son carísimos”.

Esos desajustes del sistema acusatorio ya los han develado en el mundo críticos como Mariano Cornejo. Pero sobre todo aquellos que se unen al movimiento de la justicia restaurativa y los juicios orales. Lo han dicho una y otra vez. La idea es simple, en el sistema acusatorio, el ofendido es el estado, el ofensor necesariamente es un delincuente, el castigo es indispensable y quien debe demostrar es el acusado su inocencia. En la justicia alternativa, el ofendido es la víctima, y la reparación es indispensable y quien debe demostrar es el estado la culpa. Parece una buena teoría. Desgraciadamente la primera viene del derecho romano y la segunda del derecho sajón. ¿También nos volveremos protestantes? Que bueno que no hablan de teoría en el documental aunque una pequeña mención con letras pequeñitas no haría mal a nadie.

Aunque el juez nunca se aparezca en los juicios ya porque esté en borracheras, o cobrando algún soborno de secuestradores, en el documental el juez se da sus ratos para aparecer hasta para dar explicaciones pedagógicas (modificación del objeto observado). No pueden faltar ni su tradicional papada donde guarda lo robado en forma lipidaria, ni la sonrisa cínica oculta en una cara de corrupto que no puede con ella ni su disfraz de jarri poter, indispensable para los actos de magia que requiere la justicia mejicana, que se mostrarán como a lo largo del documental: desaparecer hechos del juicio en los expedientes (al fin que cada hoja cuesta 10 pesos y no están grabados ni hay testigos de nada), meter falsos testigos, quitar verdaderos testigos, falsificar impunemente cédulas profesionales. Y muchos más.

Otros de sus descubrimientos de Presunto Culpable, quizá no están bien analizados, por ejemplo, en la mayoría de las detenciones no hay aprensiones, pero esto es normal en todo sistema jurídico porque la mayoría de ellas son infraganti y en ese caso la ley no lo exige. Si bien son detalles son aspectos de rigor documental que pudieron ser mejores.

La inquisición o Dios siempre está a tu lado

Toño muestra durante todo el documental una visión de la vida espiritual. Cree que está en la cárcel porque Dios lo decidió porque él se lo pidió. Dios siempre está a su lado, el estado también. Pero que alguien esté a tu lado no significa que te ayude, puede estar siempre a tu lado para chingarte.

No es de hoy, viene de antaño. Es el método de la inquisición, de la conquista y que aún llevamos encarnada casi genéticamente en la lengua española. El sistema judicial romano, casado con el sistema eclesiastico y la santa inquisición. El culpable debe demostrar su inocencia y no al revés. La inocencia es la que exige pruebas, no la culpabilidad. También tiene que ver con la visión del "otro" en cada cultura. Cuando alguien "estornuda en inglés" se disculpa, cuando uno "estornuda en español" el otro le dice "salud". En inglés le hablas de tu al presidente o al juez, en español tu yo sabe a quien puede hablarle de tu y a quien no, además de que no es una relación bilateral. Todo esto se funde en el momento que conceptualizamos ideológicamente la inocencia.


En caso de que haya equivocación en la determinación del culpable, tampoco importa, porque finalmente todos somos culpables de algo. ¿O no quedamos que quizá Toño era culpable de piratería? El inculpado también tiene como opción aceptar su culpa inexistente y lograr algunos beneficios, como son no morir quemado, comer todos los días. De los males el menor. Es la visión inquisitorial de la justicia.

“- El señor es mentiroso –dice el abogado de Toño en una audiencia refiriéndose al testigo comprado

- No insulte –dice el Juez, con un cinismo magistral (quizá por eso es magistrado), olvidándose que el sistema le puede dar cincuenta años de cárcel al inculpado, y que haberlo tenido ya unos años ahí, no sólo es un insulto sino una patética irresponsabilidad criminal”.

Más tarde se demostrará que en efecto el testigo es mentiroso, en un sistema lingüístico que parece para idiotas donde en una sala donde todos oyen a todos X le habla a Y refiriéndose a W para que Z escriba y repita a Y y entonces escuche W. Una simulación total y una mezcla convenenciera de lenguaje escrito y hablado que la conocía bien Torquemada en su fabricación de culpables. Ni siquiera es un sistema no oral, es un sistema absurdo. No es un sistema para idiotas sino para corruptos, para que la palabra pase ese filtro que es la escritura de menor velocidad y factible de “corrección”. Es decir “está en el diske”. Y en el “diské” puede pasar cualquier cosa:

-Como dije antes –dice el acusado

-Como dije antes -repite el acusador

-Como dije antes –escribe el escribano

- Yo le decía a usted –dice el acusado

- Yo le decía a usted –repite el acusador

- Yo le decía a usted –escribe el escribano

- Mientras usted- dice el acusado

- Mientras usted –repite el acusador

- Mientras usted – escribe el escribano

- Me daba manotazos en el techo –dice el acusado

- Me daba manotazos en el techo –repite el acusador

- Me daba manotazos en el techo - Escribe el escribano

- Y me decía –dice el acusado

- Y me decía –repite el acusador

- Y me decía –escribe el escribano

Y de ese modo carcacho llegamos al momento cumbre de la película, mitad real y mitad actuado:

-Yo Sali

- Yo salí

- Yo salí

-En la prueba

- En la prueba

- En la prueba

-Limpio

- Limpio

- Limpio

- Y efectivamente

(coro)

-Yo

(coro)

-No

(coro)

-Vi

(coro)

-Quien

(Coro)

-Fue

(Coro)

-El que te disparo

(Coro)

Es la cumbre de la cinta y prueba suficiente de que los juicios no orales son absurdos y que en efecto hay que elimnarlos. Luego entra la música bonita y se cumple el compromiso con el espectador y con Cinepolis de que hay un Dios y una salvación. Dios está a tu lado. No hay exceso y sólo gracias a que el documentalista se apiada y evita escenas melodramáticas irrelevantes, no nos invitan a llorar junto con el que vende las palomitas o los discos piratas.

Bisnes ar bisnes

Una película de denuncia, con licencias al sistema por razones no muy claras. Busca quizá la promoción de los juicios orales y de ahí el apoyo del gobierno y de instituciones internacionales. Los juicios orales le quitan el negocio a muchas personas del sistema judicial, pero benefician a la sociedad y al poder ejecutivo, pero sólo como un primer paso. Las cosas no van a cambiar por implantar otro tipo de justicia si la sociedad no cambia.

No seamos inocentes. Comprendamos quien gobierna este país: el crimen organizado, las televisoras con su justicia sumaria expertas en fabricar culpables. En el sistema judicial hay división del trabajo, el juez inventa un culpable, la cárcel lo explota y le exprime el dinero a su familia. La cárcel es la monetarización del sistema judicial. Las salas de audiencia son sólo la oficina del negocio, el dinero se recauda en la cárcel. Esto lo debemos comprender para no creer que cambiando el sistema judicial cambia el sistema penitenciario que es realmente el que da los retortijones a los inocentes. La cárcel debe también ser denunciada, igual que los partidos y las personas que se benefician ilegítimamente de eso. Ese es el gran olvido de la película.

Ese olvido se relaciona con otra especie de lapsus que tiene la cinta. Una de las pruebas más contundentes que la injusticia la llevamos en las venas, es que siendo una cinta contra la injusticia, usó las mismas prácticas de mercadotecnia oculta e injusta para el espectador, como divulgar que estaba prohibida y esas piltrafas que todos conocemos. Eso no es responsabilidad de los productores ni los participantes, sino de los comercializadores, pero debemos dejar claro como se mueven las cosas aquí y entender que todas las etapas se relacionan como en la cárcel.

Por lo pronto, en este país si eres culpable tienes mayores probabilidades de demostrar inocencia porque entonces tienes coartada y recursos. Los mejicanos ilusos, creemos que nunca nos ha pasado una situación como la de Toño. Pero diario nos pasa pero como dormimos en colchón no nos damos cuenta. De hecho tenemos gobiernos espurios que ahora supuestamente apoyan la promoción de la justicia alternativa, porque culpabilizamos a un inocente de ser un peligro para Méjico, y declaramos inocente a uno que era culpable de ello. Por que vemos mucha tele, porque no somos críticos, porque no sabemos leer entre líneas. Porque creemos que al ver una cinta, nos está diciendo todo y no completamos lo que falta. La cinta no nos puede decir todo, decirlo todo hubiera impedido realmente su posibilidad de salir a la luz. Pero el observador debería ver lo que hay detrás del velo y también reconocer que aunque seamos inocentes, entre todos podemos ser culpables de no poderlo demostrar.